17 religiosos vascos suman sus testimonios al proceso judicial que sigue su curso desde Argentina. Todos pasaron por la cárcel de sacerdotes de Zamora, y sufrieron torturas por oponerse al régimen militar.
Durante la Guerra Civil y la
dictadura, un sector de la Iglesia salió en defensa de la ciudadanía más
vulnerable y denunció públicamente los abusos del régimen militar.
En el País Vasco fue particularmente
dura la represión hacia los denominados ‘curas obreros’. 16 fueron
condenados a muerte y fusilados, 278 encarcelados y 1.300 trasladados a
diócesis lejanas, según ha documentado el periodista -que también fue
sacerdote represaliado- Juan Mari Arregi.
Incluso se destinó una
prisión única para ellos, la cárcel concordataria, en Zamora. Allí fue
privado de libertad hasta en tres ocasiones -entre 1968 y 1970- Juan
Mari Zulaika por su activismo como cura obrero en Eibar. Ahora, Zulaika,
de 71 años, junto con 16 sacerdotes vascos más forma parte de la
querella argentina contras los crímenes franquistas que sigue su curso
desde un juzgado de Buenos Aires.
No hay comentarios:
Publicar un comentario