Enviado a la página web de Redes Cristianas
El
Papa Francisco atento a los signos de los tiempos, sabe reaccionar ante
ellos sea con gestos innovadores, sea con palabras que le brotan del
corazón. Una urgencia sentida por muchos cristianos y no cristianos es
que tenemos que preocuparnos por el futuro de la vida, pues las bases
que la sustentan están siendo destruidas. Se pide al Papa que convoque,
junto con otros líderes religiosos,
una Asamblea, una especie de Concilio Ecuménico para que las Iglesias y
religiones se comprometan, a partir de su reserva de espiritualidad y
de valores morales, en la defensa de la promoción de la vida, de la
Madre Tierra, de los ecosistemas y especialmente de aquellos más
amenazados que son los pobres y los marginados. Pedimos que se sumen más
y más personas para que nuestra petición gane peso y fuerza y pueda
impresionar al Papa Francisco para que, iluminado por el Espíritu, tome
esta decisión. No tenemos mucho tiempo. Lboff
Carísimo Papa Francisco,
Nosotros, los cristianos abajo firmantes, así como personas de otras religiones y personas de buena voluntad, le dirigimos esta carta pública
con una petición muy especial. Nos gustaría que Usted convocase un
evento global, como una Asamblea, para la defensa de la vida en la
Tierra.
Hoy la vida está herida de muerte por el hambre (900 millones de
personas en el mundo), por la sed (1200 millones de personas no tienen
agua limpia para beber todos los días y 2400 millones carecen de
saneamiento básico), por las guerras, por la destrucción del medio ambiente
(suelos, agua, biodiversidad, aire) y, sobre todo, se cierne sobre la
humanidad y sobre todas las formas de vida la amenaza asombrosa de los
cambios climáticos. Como dice el Documento de Aparecida, estamos
atravesando no solo una época de cambios, sino un cambio de época (DAp
44). Una sociedad consumista y depredadora como la actual no es futuro
para el conjunto de la humanidad.
Cuando Dios creó el mundo entregó la Tierra a los hombres y mujeres
para que nosotros “la cultivásemos y guardásemos” (Gen 2,15). Después
del diluvio, cuando Noé salió del Arca con sus familiares y todos los
animales que estaban en ella, Dios hizo con ellos una alianza
primordial, diciendo: “por mi parte voy a establecer una alianza contigo
y con tu descendencia, con todos los seres vivos que están con
vosotros, aves, animales domésticos y salvajes, en fin, con todos los
animales de la Tierra que salieron con vosotros del arca” (Gen 9, 9-10).
El propio apóstol Pablo nos dice que “también la misma creación espera
ser liberada de la esclavitud de la corrupción, en vista de la libertad
que es la gloria de los hijos de Dios” (Rom 8, 21). Por tanto, Dios ama
todo lo que ha creado y nos ha dado el mandamiento de cuidar de su
creación.
Los pueblos tradicionales y originarios y, últimamente, los científicos han denunciado que todas las
formas de vida corren peligro sobre la faz de la Tierra. Sin embargo,
no existe una respuesta a la altura del desafío de este momento de la
historia por parte del mundo político y económico. Como Usted mismo ha
dicho, no podemos aceptar pasivamente la globalización de la
indiferencia.
Usted tiene autoridad moral y espiritual ante toda la humanidad para
convocarla a este urgente debate y aún más urgentes acciones. Le hacemos
esta petición como una forma de contribuir a la efectividad de sus
gestos, los cuales nos interpelan a una postura de cuidado y de
protección de la vida amenazada. Gestos estos expresados en la ida a
Lampedusa, en la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, en la visita a
los inmigrantes en Italia, o en el ayuno contra las guerras. En caso de
que usted convoque una Asamblea para defender la vida en su plenitud,
no sólo para oír a los especialistas, sino también a los pueblos
originarios impactados por la destrucción de su ambiente, a los
afectados y refugiados por los cambios climáticos, a las víctimas del
hambre y de la sed, ciertamente gran parte de la humanidad atenderá con
prontitud este llamamiento.
Es lo que los abajo firmantes también esperamos. Con respeto y un
abrazo fraterno, en el espíritu de san Francisco de Asís, en comunión
con todas las formas de vida y toda la humanidad, confirmamos nuestra
petición.
Brasilia-DF, 16 de septiembre de 2013
Nota: Pueden enviar su adhesión a magalhaes@caritas.gov.br
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