El sacerdote José Caravias asegura que Bergoglio lo protegió de un grupo paramilitar
Un exactivista uruguayo también afirma que Francisco lo ayudó a sobrevivir
Después de una semana de controversia sobre la supuesta culpa del papa Francisco en la detención y tortura de dos curas por parte de la dictadura militar argentina, ahora salen voces en dirección contraria: un cura español que vive en Paraguay ha dicho que el Papa le salvó la vida avisándole de que un grupo paramilitar argentino quería asesinarlo, y por otro lado un exactivista de izquierdas uruguayo ha contado que Francisco lo ayudó a huir de Argentina cuando los militares iban tras él.
Un exactivista uruguayo también afirma que Francisco lo ayudó a sobrevivir
Después de una semana de controversia sobre la supuesta culpa del papa Francisco en la detención y tortura de dos curas por parte de la dictadura militar argentina, ahora salen voces en dirección contraria: un cura español que vive en Paraguay ha dicho que el Papa le salvó la vida avisándole de que un grupo paramilitar argentino quería asesinarlo, y por otro lado un exactivista de izquierdas uruguayo ha contado que Francisco lo ayudó a huir de Argentina cuando los militares iban tras él.
El sacerdote español se llama José Caravias. Afirma que Jorge Mario Bergoglio le advirtió de que querían matarlo: “Me dijo: ‘Tengo noticias de que la Triple A [grupo paramilitar ligado a la dictadura] ha decretado tu muerte y la de Jalics’”. Francisco Jalics es uno de los dos jesuitas a los que supuestamente delató Francisco, según las versiones que lo acusan de ser corresponsable de aquellos hechos. El propio Jalics ha dicho esta semana que no quiere hablar de lo que sucedió y que para él ese episodio ya es un asunto “cerrado”.
La versión de Caravias, originario de Málaga, es que Jalics fue imprudente y no se puso a resguardo tras el aviso de Bergoglio. Después de su arresto y de ser sometido a torturas, según el sacerdote español, que trabajaba con Jalics en los barrios más pobres de Buenos Aires, el Papa “se empeñó en averiguar dónde estaba”. “Si no hubiese ido a buscarlo, lo hubieran matado”, ha asegurado Caravias a la agencia AFP. El otro jesuita al que supuestamente habría delatado el Papa era Orlando Yorio. Falleció en el año 2000. Una hermana suya afirma que Bergoglio lo “desprotegió”. José Caravias dice lo contrario, que también “salvó” a Yorio.
El exactivista uruguayo Gustavo Mosca, el viernes en Montevideo. / M. R. (AFP)
José Caravias sostiene que las acusaciones contra Francisco forman parte de una campaña orquestada por “el gran capitalismo internacional”. “Quieren ensuciarlo. Para ellos es muy peligroso un Papa que denuncia la pobreza en el mundo”, ha dicho el cura español.
Las declaraciones de Caravias coinciden con las de un exactivista uruguayo que también ha salido a defender al Papa. Se llama Gonzalo Mosca, tiene 63 años y fue miembro del Grupo de Acción Unificadora, un movimiento de la izquierda uruguaya de los años setenta. Mosca ha afirmado en una entrevista con AFP que Jorge Mario Bergoglio le ayudó a escapar de Argentina, donde lo perseguía la dictadura militar, y a exiliarse a Europa.
Mosca, de acuerdo con su relato, había llegado a Argentina escapando de la dictadura uruguaya, y luego en Argentina supo que también iban tras él los militares argentinos. El hermano mayor de Mosca, que era jesuita, le pidió ayuda a Bergoglio, que había sido profesor suyo, y el Papa, según el exactivista, se ocupó de buscarle una salida al problema.
Gustavo Mosca dice que Francisco se lo llevó una noche en coche a un convento jesuita a 30 kilómetros de Buenos Aires y que se quedó escondido allí durante unos días. Después, Jorge Mario Bergoglio, según el exactivista uruguayo, ideó un plan con el que consiguió sacarlo de Argentina por Paraguay para mandarlo luego a Brasil, en donde se pasó unos meses guarecido en una casa jesuita hasta que consiguió que le diesen refugio en Naciones Unidas. Finalmente se exilió a Europa
Mosca ha dicho que ha decidido revelar su historia para “contrabalancear” las acusaciones que está recibiendo el papa Francisco: “Yo no era nadie (…). La actitud de él fue comprometida, fue valiente, y en mi caso fue eficaz”.
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