Monseñor Iceta, su Deán y el peón de Pastoral Social
Carta abierta de la Comisión Permanente del Foro de Curas de Bizkaia a su Obispo sobre la comunión y la unidad del Presbiterio de nuestra Diócesis.
D. MARIO ICETA
Obispo de Bilbao
Bizkaia, 10 de Diciembre de 2012
D. Mario:
La carta abierta es un género literario
aceptado, como se constata desde la epistolografía romana. Tiene, con el
resto de estilos de cartas, un destinatario; y, al mismo tiempo, y con
toda legitimidad, va dirigida a un público más amplio; de modo que uno
no invalida lo otro. Pues bien, mediante este género epistolar queremos
poner en conocimiento suyo y de otras personas lo siguiente:
Cuando el Foro de Curas de Bizkaia se
constituyó el 8 de Noviembre de 2010 hicimos saber – como así consta en
nuestra Declaración constitucional- que lo poníamos en marcha “como
ámbito estable de encuentro, debate, propuesta” y también como “apoyo
mutuo en estas circunstancias que nos toca vivir”.
Intuíamos que la ola restauracionista que
se reforzaba con su llegada iba a provocar, entre otros problemas, una
notable fractura del Presbiterio Diocesano y queríamos poder contar,
cuando ello aconteciera, al menos, con el consejo y el apoyo de los
compañeros del Foro.
Hoy queremos manifestarle que las declaraciones recientemente vertidas en la prensa por el Deán y Párroco de la Iglesia Catedral
sosteniendo que “los verdugos y los criminales se pueden sentar en el
parlamento” es una acusación con tintes partidistas que, en vez de
favorecer la pacificación y la reconciliación, la entorpece, además de
“poder” resultar injuriosa. Suponer (y propalar) que la intervención del
Delegado Episcopal de Pastoral Social es a título “personal y no
diocesano” y firmar la suya como “Deán y Párroco de la S. I. Catedral
de Bilbao” es una improcedente yuxtaposición que “puede” ser
interpretada (como así ha sucedido) como una “guerra” en la cúpula de la Iglesia Diocesana. Y afirmar (a partir de los titulares de prensa y sin referencia alguna al contenido del texto ni a la trayectoria de la Delegación Episcopal
de Pastoral Social en favor de las víctimas) que su posición es “un
insulto a la inteligencia y a la decencia” es inaceptable de todo punto.
Estas declaraciones del Deán y Párroco
aquí reseñadas, y la manera como ha actuado, nos resultan difícilmente
aceptables en un católico. Intolerables, en un sacerdote. Y, sobre todo,
en quien rige la iglesia en la que se ubica la cátedra y desde la que
nuestro Obispo Diocesano imparte su magisterio.
Queremos recordarle que el Delegado
Episcopal de Pastoral Social no es miembro del Foro, pero sí, es un
presbítero de nuestra Diócesis cuya trayectoria conocemos, por supuesto,
con sus luces y con sus sombras. Entre éstas últimas puede encontrarse
el escaso dinamismo de la Delegación
(al que nos hemos referido críticamente desde el Foro en diferentes
ocasiones), pero nunca, su apuesta en favor de las victimas, de la
pacificación y de la reconciliación y, ni mucho menos, su “inteligencia”
y “decencia”.
Por
esa razón, nos vemos obligados a salir públicamente en defensa de su
sinceridad y honestidad evangélicas, así como de su neta opción en favor
de las victimas. Desearíamos que Vd. hiciera otro tanto y que despejara
también las dudas vertidas por el Párroco y Deán de la catedral. Y
junto a Vd., otros compañeros presbíteros.
Siempre defenderemos el derecho de
cualquier persona a expresarse como lo estime más conveniente, pero
entendemos que, en la medida en que se asume una responsabilidad
institucional en nuestra iglesia (por nimia e irrelevante que sea), no
se puede insultar (y menos, públicamente) a otro responsable pastoral (y
a muchos católicos) con calificativos que, además, de injustos, son
manifiestamente falsos. Con toda claridad: el Deán y Párroco de su
Iglesia Catedral ha traspasado una línea que nunca tuvo que rebasar, al
menos como sacerdote y Deán - Párroco.
Entenderá que le pidamos, a la luz de
estas declaraciones, que, puesto que su misión consiste en presidir en
la comunión y en la unidad el Presbiterio de nuestra Diócesis, adopte
las decisiones que estime oportunas, habida cuenta de la gravedad y
alcance de las declaraciones vertidas.
Queremos manifestarle que si decidiera
dar la callada por respuesta se correría un altísimo riesgo de agravar
la ya delicada concordia y unidad en el seno de nuestro Presbiterio
Diocesano y de éste con su Obispo. Por eso, nos atrevemos a pedirle que
ponga orden y cordura entre sus colaboradores más cercanos.
Finalmente, agradeceríamos que el Consejo
del Presbiterio Diocesano dedicara el tiempo que se estimara a analizar
la unidad y la comunión en el seno del Presbiterio (algo, por cierto,
ya abordado en el tramo final del pontificado de D. R. Blázquez) y,
sobre todo y de manera particular, la trayectoria desplegada por el
actual Obispo hasta el presente (y la deseable en el futuro) como
responsable primero y garante de dichas comunión y unidad.
Nosotros, como Comisión Permanente del
Foro de Bizkaia, queremos manifestarle nuestra disponibilidad para
trasladarle, cuando lo estime oportuno, nuestro diagnóstico de la
situación actual y, particularmente, la valoración que nos merece la
singular relación que viene manteniendo con un sector minoritario del clero (del que también forma parte el Deán - Párroco de la Catedral) desde que fue nombrado Obispo auxiliar de nuestra Diócesis y a escuchar atentamente, por supuesto, lo que tenga que decirnos.
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