Leonardo Boff
José Genoino como presidente del PT fue condenado por el Tribunal Supremo por corrupción activa. La condena se hizo basada en autos procesales en los que apenas se encuentran indicios, no pruebas materiales. Genoino reafirma su inocencia.
José Genoino como presidente del PT fue condenado por el Tribunal Supremo por corrupción activa. La condena se hizo basada en autos procesales en los que apenas se encuentran indicios, no pruebas materiales. Estos indicios dieron origen a suposiciones e ilaciones que llevaron a los jueces, salvo uno cuyo nombre merece ser citado, Ricardo Lewandowski, a condenarlo. Genoino reafirma su inocencia. La firma abreviada (“chamegão”) que colocaba en los documentos era una acto estatutario (el estatuto del PT lo exigía) como sucede en todas las empresas, en las cuales los directores deben firmar muchos papeles todos los días. No era el encargado de las finanzas del PT, sino de establecer el diálogo político, necesario en una democracia parlamentaria. Yo conozco a Genoino y puedo testimoniar que es uno de los hombres más genuinos que encontré en la vida. Estuvo en la guerrilla de Araguaia. Fue torturado casi hasta morir. Su esposa embarazada también fue torturada. Ambos temían perder al bebé que ella traía consigo. Pero felizmente nada de eso sucedió. Nació su hija, Miruna. Después de la condena de su padre, que vive una vida franciscana y extremadamente ética y entera, escribió esta carta conmovedora. Comparto los sentimientos con quien aún es capaz de sensibilizarse, indignarse y de continuar luchando porque “el coraje es lo que da sentido a la libertad” y a la vida.
“El coraje es lo que da sentido a la libertad”
Con esa frase mi padre, José Genoino Neto, nacido en Ceará, brasileño, casado, padre de tres hijos, abuelo de dos nietos, me explicó cómo se sentía respecto a la condena que hoy, 9 de octubre, le fue confirmada. Una frase salida del libro que está actualmente leyendo y que me llevó por un camino enorme de recuerdos y de preguntas que realmente no tienen respuesta.
Me acuerdo que cuando empecé a ser consciente de aquello que mis padres habían hecho y especialmente sufrido al enfrentar la dictadura militar, me hacía una pregunta en mi mente: ¿será que si yo viviese algo así tendría ese mismo coraje de colocar la lucha política por sobre el confort y del bienestar individual? ¿Tendría coraje de enfrentar dolor e injusticia en nombre de la democracia?
No tengo esa respuesta, pero recordar esas preguntas me hizo pensar en muchas otras que, quizás en medio de toda esa algazara, merecen ser consideradas…
¿Usted sería lo suficientemente perseverante para caminar todos los días 14 km por el desierto de Ceará para poder frecuentar una escuela? ¿Tendría el coraje suficiente para escribir una carta de despedida a sus padres y partir a la selva amazónica buscando construir una forma de resistencia al régimen militar? ¿Lograría usted aguantar torturas frecuentes y constantes, como el pau-de-arara, quemaduras, descargas eléctricas y ahogamientos, sin perder la cabeza y partir a la delación? ¿Encontraría usted fuerzas para presenciar como torturan a su compañera de vida y de amor? ¿Y sería suficientemente perseverante como para esperar 5 años en una prisión hasta que el régimen político de su país le concediera la libertad?
Y sigo…
¿Sería usted corajudo como para enfrentar elecciones nacionales sin ninguna condición financiera? ¿No se avergonzaría de sacrificar las escasas economías familiares para poder comprar un terno y así posibilitar el ejercicio de su mandato como diputado? ¿Y tendría coraje para -a lo largo de 20 años en la cámara de diputados- defender a los homosexuales, el aborto y a los menos favorecidos? Y cuando todos estuvieran deseando estar a su lado, y su posición fuera destacada, tendría la decencia y honor de nunca aceptar nada que no fuese respeto y diálogo abierto? Mi padre tuvo el coraje de hacer todo eso y mucho más. Son más de 40 años dedicados a la lucha política. Nunca, jamás, para beneficio personal. Hoy y siempre, empeñado en defender aquello en lo que cree y que yo escuché de su boca por primera vez a los 8 años de vida cuando reclamaba por su ausencia: lo único que quiero, Mimi, es mejorar la vida de las personas…
Este, su deseo, que tanto me hizo y me hace sentir un enorme orgullo de ser hija de quien soy, no fue lo suficiente para que mi padre pudiese tener una trayectoria defendida. No fue lo suficiente para que ganase el respeto de los medios de comunicación de nuestro Brasil, medios que deberían ser mirados a través de otras tantas preguntas…
¿Tendría usted el coraje de asumir como profesión la manipulación de informaciones y la especulación? ¿Se sentiría feliz, casi en éxtasis, por noticiar la tragedia de un político honrado? ¿Creería una buena idea juntar a 200 personas en la puerta de una casa familiar en nombre de causar pánico para la televisión? ¿Tendría coraje de enviar un fotógrafo a la entrada de un hospital el día que un político se realiza un procedimiento cardíaco? ¿Dedicaría su energía a hablar, en día de elecciones, directo en la oreja de una persona, sobre el miedo a una prisión que esa misma persona ya sufrió en los peores años de Brasil?
Pues los medios de comunicación de nuestro país sí tuvieron el coraje de hacer todo eso y mucho más.
Hoy, en este día tan triste, podría parecer que ganaron, que sus objetivos fueron alcanzados. Pero al encontrarme con mi padre y su disposición a luchar y defenderse, veo que apenas generaron fuerzas para que este genuino hombre pueda continuar su historia de garra, honestidad y defensa de aquello en lo que siempre creyó.
Hoy, en este día tan triste, podría parecer que ganaron, que sus objetivos fueron alcanzados. Pero al encontrarme con mi padre y su disposición a luchar y defenderse, veo que apenas generaron fuerzas para que este genuino hombre pueda continuar su historia de garra, honestidad y defensa de aquello en lo que siempre creyó.
Nuestra familia entra ahora en un período de incertezas. No sabemos lo que vendrá y para que sea posible aguantar lo que viene adelante les pedimos encarecidamente su apoyo. Ya sea divulgando este u otros textos que existen en apoyo a mi padre, sea ayudando al cuidado de dos niños de 4 y 5 años que idolatran a su abuelo y que tal vez tengan que quedarse sin su presencia, sea simplemente enviando una palabra de cariño. En este momento cualquier actitud, cualquier pequeño gesto nos ayuda, nos fortalece y nos alimenta para ayudar a mi padre.
Él luchará hasta el final por la defensa de su inocencia. No se quedará con los brazos cruzados aceptando aquello que los medios y algunos sectores de la política brasileña quieren que todos crean y, como marca de su trayectoria, está muy bien, muy firme, en este propósito, el de defender su INOCENCIA, y su HONESTIDAD. Ustedes que aquí nos leen, saben de nuestra vida, de nuestros principios y de nuestros valores. Y saben que ahora, en uno de los momentos más difíciles de nuestra vida, reconocemos aquí humildemente la ayuda que necesitamos de todos, para que podamos seguir adelante.
Con toda mi gratitud, amor y cariño,
Con toda mi gratitud, amor y cariño,
Miruna Genoino
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