Sor Lucía Caram
Lesbos, el gran espejo de nuestra indiferencia y mediocridad
Es este el tiempo de la compasión y la misericordia, de la hospitalidad. Hoy ser cristiano significa reconocer el ellos que están desnudos, que tienen hambre, que piden un techo, al mismo Jesús que es a la puerta y llama
Sólo puede mantener la mirada de las víctimas inocentes que viven y mueren sufriendo, quien es libre y a quien su conciencia no le acusa de cómplice y sangrienta irresponsabilidad. Francisco caminó hacia ellos con la dignidad de quien no tiene nada que perder porque ya lo entregó todo por los preferidos del Evangelio: Los más empobrecidos y olvidados
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