Redes Cristianas
La primera ponencia, dedicada al “Poder y separación de poderes en la Iglesia; Participación común y reparto de la misión”, está lista para la asamblea de octubre.
Un poder delegado
Entre los “pasos necesarios en el camino para reformar las estructuras de poder de la Iglesia” están cambios personales, estructurales, organizativos, litúrgicos… comenzando con el establecimiento de “términos claros y distinciones precisas” respecto al poder en la Iglesia.
“El ordenamiento jurídico eclesiástico está abierto a la reforma estructural, pero también debe estar abierto al debate estructural”, se afirma a la vez que se marcan algunas tareas de revisión canónica y organizativa. “Es necesario reforzar, también a través del derecho particular, los derechos de todos los fieles no sólo a experimentar una buena atención pastoral, sino también a ser activos en ella para contribuir a la edificación y misión de la Iglesia”, proponen.
Con el trasfondo de los abusos, en el documento se recuerda que “la tarea de nuestro tiempo es desarrollar estructuras para el ejercicio del poder en la Iglesia que impidan los abusos sexuales y espirituales, así como las decisiones erróneas de ministros sobrecargados, que permitan decisiones transparentes en la responsabilidad compartida de los fieles y que, en definitiva, promuevan el servicio del Evangelio”.
La sinodalidad como principio
Otra de las apuestas es la definición, juntos, de “las normas y criterios”, apostando por una “inculturación en la democracia” ya que “la democracia no es sólo una forma de gobierno del Estado, sino también un modo de vida: las personas se reúnen como libres e iguales, aprenden unas de otras, escuchan las experiencias y los argumentos de los demás y luchan juntas para encontrar buenas soluciones”. “Nos comprometemos a garantizar que las decisiones en la Iglesia estén vinculadas al sentido de la fe del pueblo de Dios, en procedimientos innovadores que promuevan el diálogo entre quienes ejercen funciones de liderazgo y los demás miembros de la Iglesia”, señalan apuntando directamente a “reformar el Derecho Canónico para que los principios generalmente aplicables de equidad, transparencia y control” sean la máxima.
“Es indiscutiblemente posible y necesario que los creyentes cualificados y llamados asuman tareas de dirección en la Iglesia, que habitualmente, pero no necesariamente, son asumidas por los clérigos”, destacan. Algo que es “especialmente importante el establecimiento de la plena igualdad y participación de las mujeres”.
https://www.vidanuevadigital.com/2021/02/09/las-tres-primeras-bombas-del-camino-sinodal-aleman-elecciones-episcopales-referendum-para-ordenar-mujeres-y-comites-de-laicos-para-supervisar-a-los-obispos/
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