La intimidad es la cercanía con otra persona, al igual que la intimidad que se desarrolla entre amigos cuando le cuentas a otra persona la historia de tu vida y todos tus secretos y sueños (Aforismo)
19 de abril. DOMINGO II DE PASCUA
Jn 20, 19-31
Dicho esto, les mostró las manos y el costado, y los discípulos se alegraron de ver al Señor
Jesús nos invita a entrar en su intimidad cuando el evangelista Lucas nos dice en 24, 39:
“Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Tocadme y miradme. Los fantasmas no tienen carne ni huesos, como veis que yo tengo”
Una intimidad con la que nos sentimos renacidos al Espíritu, a través del fuego que ha quemado nuestros egoísmos, como expresó poéticamente san Juan de la Cruz:
¡Oh llama de amor viva,que tiernamente hieresde mi alma el más profundo centro!
Razón por la cual, dice Lc en 6, 19: Toda la gente procuraba tocarle porque salía de él una fuerza que curaba a todos.
Y cuando en la zarzuela de José Serrano escuché esta canción se me saltaron las lágrimas:
"Mujer, primorosa clavelina / que brindas el amor, / yo soy caminante / que al pasar / arranca las hojas de la flor / y sigue adelante / sin recordar tu amor".
Me había percatado de lo que tan furtivamente había sentido tan preciosa clavelina, y nuevamente volvieron a saltárseme las lágrimas.
Dice un aforismo español:
“La intimidad es la cercanía con otra persona, al igual que la intimidad que se desarrolla entre amigos cuando le cuentas a otra persona la historia de tu vida y todos tus sueños y secretos”.
Y Jesús tuvo con nosotros la valentía de contárnoslos:
“El Padre y yo somos uno” (Jn 10, 30)
“Salí del Padre y he venido al mundo” (Jn 16, 28)
En mi libro de “El Legendario reino de los sentimientos” tengo un poema que hace referencia a la interconexión de corazones.
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