La liturgia abre el año ofreciéndonos la compañía de Dios Padre, que nos bendice y protege, de Jesús, que nos salva, de María, que medita en todo lo ocurrido.
Aunque en la Iglesia primitiva se identificó a Jesús con la Sabiduría de Dios, el autor del cuarto evangelio prefiere el término Palabra, muy frecuente en la teología judía de la época, con claras referencias a los antiguos profetas que recibían la palabra del Señor y la proclamaban.
Aunque Jesús fue judío, la mayoría de los judíos no lo aceptan como Mesías, mientras que cada vez es mayor el número de paganos que se incorporan a la comunidad cristiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario