Eres un ser humano profundamente conectado a todos y a todo en formas inimaginables, dependes del universo entero y de todos aquellos que te rodean – de la ropa que vistes, de los alimentos que comes, de las palabras que utilizas, de las historias que escuchas, lees y observas, del aire que respiras, de este mensaje que estás leyendo ahora. Como ser humano estás lastimado y eres perfectamente imperfecto, estás aprendiendo cómo amar nuevamente después de haberlo olvidado a través de tantos años de condicionamiento y estás aprendiendo cómo sentir, cómo conectarte, cómo hablar honesta y libremente y cómo escuchar con compasión y sin prejuicios. Este es un camino de sanación y realización que va profundizándose cada vez más y que no tiene fin. Algunas enseñanzas enfatizan este punto de vista “relativo”.
Exactamente al mismo tiempo, eres la consciencia misma, anterior a todos los conceptos, eres siempre presente, ya completo, nunca dependes de nada ni de nadie. No existe ninguna duda respecto de tu despertar o tu iluminación a través del tiempo ya que siempre has sido Eso, mucho antes del surgimiento del tiempo. Tú estás aquí antes que cualquier pregunta y respuesta. No hay sanación debido a que no hay nadie a quién sanar, y tampoco hay ningún futuro externo al Ahora. Para la consciencia, no hay sufrimiento. Para la consciencia, no hay lucha. Algunas enseñanzas espirituales enfatizan este punto de vista “absoluto”, o incluso aseguran que este es el único punto de vista.
Pero aquí está el problema:
Negar lo relativo, aferrarse a lo absoluto, evitar o alejarte de la vía humana hará que te mantengas permanentemente lastimado y atrapado en el sufrimiento, rechazando tus heridas o incapaz de reconocerlas, incluso si crees que estás completamente despierto y libre de historias y personalidad.
Negar lo absoluto, aferrarte a lo relativo, olvidar aquello que realmente eres, hará que seas por siempre un buscador, que te mantengas siempre atrás de algo y atrapado en las historias, incluso si crees que estás completamente sanado a un nivel humano, según tu concepto.
He conocido a mucha gente a través de los años, algunos de ellos maestros espirituales que afirman estar completamente despiertos, perfectamente libres, que dicen cosas como “no hay nadie aquí” y “no soy una persona” y “no hay ningún yo” y sin embargo, claramente, a nivel relativo humano, siguen sintiéndose sumamente lastimados, luchando con un dolor oculto e inconsciente, reflejando sus heridas no resueltas en otros – en sus familias, amigos, incluso en sus estudiantes – lastimando a otros y justificándose con una ingeniosa “lógica no dual” (por ejemplo, “no hay elección”, “todo es proyección tuya”, etc., etc.). Una iluminación sin compasión es como un océano sin sus miríadas de olas, como una madre cósmica despojada de sus amados hijos. He hablado mucho acerca de cómo yo caí alguna vez dentro de ese árido desierto espiritual. Un sitio nada agradable. Sin embargo, también es parte del viaje.
También he conocido a mucha gente a través de los años que se consideran seres humanos completamente evolucionados, íntegros, exitosos, felices, incluso humanos perfectos, y muy en el fondo, siguen sintiéndose separados de la vida de alguna manera, se sienten vacíos por dentro, todavía sienten un anhelo por algo que no han logrado alcanzar pero que tampoco pueden definir. Cuando nuestra humanidad pierde el piso, nos quedamos atrapados en el drama humano sin fundamento y empezamos a sentirnos sumamente vacíos independientemente de lo que logremos crecer y evolucionar. Por mucho que nos esforcemos y nos dediquemos a buscar, nunca somos capaces de llegar allí. También he conocido bastante bien esta parte del viaje.
¿Cuándo asimilaremos esta divina paradoja? ¿Cuándo dejaremos de dividir lo “absoluto” de lo “relativo” y cuándo llegaremos a comprender que tanto nuestra humanidad como nuestro despertar, nuestra naturaleza de Buda y nuestra experiencia humana, nuestra espiritualidad y nuestras vidas tal y como las vivimos, el camino de la sanación y el no-camino del despertar al momento presente nunca estuvieron divididos desde un principio?
En constante sanación, desde el punto de vista humano; y siempre ya sanado, como la consciencia misma. Ambos en perfecta intimidad.
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