Ignacio Ramonet
Al expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado en la ciudad de Curitiba, en el sur del país, solo le permiten la visita de dos personas por semana. Una hora. Los jueves en la tarde, de cuatro a cinco. Hay que esperar turno. Y la lista de quienes desean verle es larga… Pero hoy 12 de septiembre, nos toca a Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, y a mí.
Lula está en prisión, cumpliendo una pena de 12 años y 1 mes «por corrupción pasiva y lavado de dinero», pero no ha sido condenado definitivamente (aún puede apelar) y sobre todo, sus acusadores no han podido demostrar su culpabilidad. Todo ha sido una farsa. Como lo han confirmado las demoledoras revelaciones de «The Intercept », una revista de investigación on line dirigida por Glenn Greenwald. Lula ha sido víctima de la arbitrariedad más absoluta. Una trama jurídica totalmente manipulada, destinada a arruinar su popularidad y a eliminarlo de la vida política. A asesinarlo mediáticamente. Impidiendo de ese modo que pudiese presentarse y ganar las elecciones presidenciales del 2018. Una suerte de ‘golpe de estado preventivo’…··· Ver noticia ··
Lula está en prisión, cumpliendo una pena de 12 años y 1 mes «por corrupción pasiva y lavado de dinero», pero no ha sido condenado definitivamente (aún puede apelar) y sobre todo, sus acusadores no han podido demostrar su culpabilidad. Todo ha sido una farsa. Como lo han confirmado las demoledoras revelaciones de «The Intercept », una revista de investigación on line dirigida por Glenn Greenwald. Lula ha sido víctima de la arbitrariedad más absoluta. Una trama jurídica totalmente manipulada, destinada a arruinar su popularidad y a eliminarlo de la vida política. A asesinarlo mediáticamente. Impidiendo de ese modo que pudiese presentarse y ganar las elecciones presidenciales del 2018. Una suerte de ‘golpe de estado preventivo’…··· Ver noticia ··
No hay comentarios:
Publicar un comentario