Paula Domingo vive de cerca el fenómeno migratorio en la frontera de Ceuta desde hace 19 años. Es religiosa Verdruna y forma equipo con su asociación ELIN. Su retina ha visto crecer la valla que rodea la ciudad y también la insolidaridad que la acompañaba. Desde 1996, cuando efectivos del Tercio de la Legión y del Cuerpo de Regulares repusieron la antigua alambrada que separa Ceuta de Marruecos, pasando por 1999, cuando comienza a sustituirse la valla de alambre de 2,5 metros de altura por otra de acero galvanizado de 3,10 metros de altura y reforzada con alambre de espino, hasta la actualidad, cuando la valla ha sido doblada en altura, a 6 metros, bajo los auspicios del programa europeo Frontex.··· Ver noticia ··
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