Miqueas 5, 1 – 4a. Salmo 79. Hebreos 10, 5 – 10. Lucas 1, 39 – 45.
Estamos en el último domingo de Adviento, en el cual se nos muestra un gran ejemplo de servicio y disponibilidad, sino el mayor. Tenemos a María, la madre del Señor, que siendo una persona humilde y pobre, de un pueblo desconocido en su tiempo, y de una familia pobre, es la elegida por Dios para una de las mayores tareas que se nos pueden ofrecer: ser la madre de Dios. A pesar de sus dudas y miedos, María es capaz de aceptar esta tarea, la cual será consecuencia de grandes sacrificios y sufrimientos para ella. IR A LA PAGINA
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