Redes Cristianas
Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara
Fernando Giménez Barriocanal (Madrid, 50 años), casado y con cinco hijos, es jefe de finanzas de la Conferencia Episcopal Española, director de la COPE, y el único de la institución que ha accedido a ser entrevistado por EL PAÍS —tras numerosas peticiones— en un momento en el que la Iglesia española se encuentra en el ojo del huracán, no solo por la polémica exhumación de los restos del dictador Franco, sino también por la lentitud en el trato del problema de la pederastia, que para muchos, más que lento, está paralizado.
Llama la atención la poca valentía, la falta de prontitud, y de disposición, de los señores obispos, para aceptar una entrevista en un medio como el País, el medio escrito de mayor difusión en España, y, en opinión popular casi unánime, uno de los más serios. Y, aunque se piense lo contrario por parte de los que nunca lo ha leído, de rigurosos controles de estilo, de edición y de publicación. Y también choca que en un momento tan crucial y delicado para la credibilidad de la jerarquía de la Iglesia española, y, en concreto, de la Conferencia Episcopal (CEE), los obispos hayan preferido que sea un laico el que se enfrente un micrófono que se suponía adverso, por no decir, riguroso y comprometedor. Razón de más para que saliera a la palestra uno de los líderes de la CEE, o, incluso, su presidente. El caso es que las respuestas del señor administrador de los bienes de la Iglesia española han resultado no solo dubitativas, (diez (10) ,veces “eso no lo sé”, “lo desconozco”), o respuestas poniendo en duda la pregunta, etc.
Entre todas las repuestas, la que es sin duda la estrella es aquella en la que asegura que la pederastia en la Iglesia española, es “irrelevante, irrelevante, irrelevante”. Esta es la secuencia pregunta-respuesta.
P- En España no se ha pedido perdón. (En el asunto de la pederastia) R. Con todo respeto al medio que representan, hay una cosa importante. Cuando uno publica algo [se refiere a los casos de pederastia en el seno de la Iglesia destapados por este periódico], no solo hace falta que lo publicado sea verdad, que probablemente yo no lo cuestionaré salvo que vea que es mentira. Pero la realidad es que se está construyendo un relato sobre este tema que no tiene nada que ver con la realidad de la Iglesia.
P. Pero la Iglesia no ofrece su propio relato. R. Ustedes pueden coger los datos de Eurostat sobre este tema y ver los porcentajes que hay de las distintas casuísticas y entonces uno dice: ¿y por qué solo se pone el foco en la Iglesia si es un porcentaje insignificante?
P. ¿De qué? R. De toda esta temática de la que estamos hablando es un porcentaje irrelevante, irrelevante, irrelevante. Irrelevante en el conjunto de la sociedad.
Y un poco más abajo, sigue el periodista, P. Aunque solo hubiera una víctima, ¿No le parece triste decir que es “irrelevante”? R. Hay que leer lo que dice el diccionario, estoy hablando de que tiene importancia relativa.
Irrelevante, directamente, significa “lo que no tiene relevancia”, y, supongo, que los señores obispos, jefes de la empresa en la que trabaja el señor Barriocanal, no estarán de acuerdo con la afirmación de su administrador. Que alguien a quien se le encomienda el cuidado de niños y jóvenes, -cura, en latín, significa cuidado, de ahí curar, curación-, se convierta en un lobo feroz que destroza la vida del que está a su cuidado (“El sacerdote que me violó era un depredador, un cazador de niños”, afirma Fernando García Salmones, una de las víctimas).
Que una acción tan demoledora de alguien revestido de una aureola de respetabilidad, y merecedor de toda reverencia, sea tildada de irrelevante, es, además, un grosero e insoportable insulto para las jóvenes víctimas de pederastas sedientos de sexo y aventura, siempre desde el mando y el poder, que cosificaban a sus educandos, convirtiéndolos en muñecos rotos, Me crea un inquietante desasosiego que alguien que califica de irrelevante una de las acciones más depravadas y viles que se pueden cometer, comportamiento agravado “ad nauseam” si protagonizado por curas y religiosos, ostente la dirección de un canal radiofónico de la Iglesia, y me obliga a interrogarme por los valores humanos, y sobre todo, cristianos, que el señor director de la Cope vaya a exigir a los profesionales periodísticos de la cadena.
El diario “El País” ha iniciado una campaña para facilitar, y dar oportunidades reales, a victimas de la pederastia, teniendo en cuenta, además, que en nuestro país la prescripción de los delitos vuela con motores poderosísimos, y borra la responsabilidad penal con una celeridad que, en el caso de la pederastia, es bochornosa. Por eso ha puesto al servicio de sus lectores, y de todos los que quieran airear ese capítulo tan doloroso, penoso y deprimente, de la pederastia clerical. De hecho, loas informaciones del párrafo anterior las he sacado de “El País” de ayer , lunes. Y es chocante la poca diligencia con la que la CEE está abordando este escándalo, mirando para otro lado del que, en los últimos tiempos, señala frecuentemente el Papa para una conversión que sea, además, balsámica para toda la Iglesia. En el vaticano están preocupados con esta demora, y aparente poca dedicación. Voy a poner, pues, varios titulares de este diario en los últimos días.
Domingo, 11 de Noviembre: “La Iglesia (española) se resiste a revisar el pasado” . “La cúpula eclesiástica (de la CEE) rechaza clarificar los abusos , como ha hecho Alemania (la Iglesia en), y anuncia en Francia”. ·Los jesuitas anuncian que investigarán sus casos de la últimas décadas” . “La gestión de la Iglesia española (del asunto de la pederastia) preocupa en el Vaticano”.
Lunes, 12 de Noviembre: (Ver arriba)
Martes, 13 de Noviembre, Hans Zollner, miembro de la comisión del Vaticano para prevenir abusos a menores: “La Conferencia Episcopal Española (CEE) debe dar justicia a las víctimas”. “En España se está moviendo algo, pero queda mucho por hacer”. Es importante admitir errores, aunque se pierda credibilidad.” No hay relación entre homosexualidad y pederastia”. “La formación del personal que trabaja con los jóvenes es clave”. “Un abuso cometido por un cura tiene peso más grave”.
La entrevista fue más normal y potable en los asuntos económicos, como el pago del IBI, y el escándalo, para muchos fieles católicos españoles, de las inmatriculaciones de bienes muebles en favor de la Iglesia, asunto en el que el entrevistado dio señales de no estar cómodo, ni totalmente de acuerdo con actuaciones, que en su día, no estaban contempladas con la complacencia y benevolencia que, leyes posteriores, concedieron a la Iglesia. En mi opinión, honra al señor Giménez Barriocanal, esta sinceridad. Aunque me parece demasiado connivente con los centros de enseñanza concertada que dirige la Iglesia al negar rotundamente cobros extras, prohibidos por ley, con falsos pretextos.
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