José María Urio Ruiz de Vergara
Cosas que pasan en España
1º) El portavoz del PP en el Senado leyó su tesis ante un tribunal de afines y diputados con Montoro al frente. Este señor es Ignacio Cosidó, quien , en la actualidad, lidera el movimiento para exigir que el presidente Pedro Sánchez presente sus alegaciones en el Senado referentes a la confección de su tesis. Pero hay más, según el periódico el diario.es: el ex director de la Policía ejercía por entonces de asesor del grupo parlamentario del PP cuando dos de sus diputados examinaron y evaluaron su tesis. Y todavía más: el tribunal de Don Ignacio Cosidó estaba compuesto por un histórico de la UCD, u colaborador asiduo de FAES, dos diputados del PP, como he señalado antes, y un condenado por robar 128.000 euros con las black. La hipocresía y la desfachatez crecen si límites, así como se hace insoportable y obsceno el abuso del PP de su mayoría absoluta en el Senado, consecuencia de una legislación electoral inicua.
1º) El portavoz del PP en el Senado leyó su tesis ante un tribunal de afines y diputados con Montoro al frente. Este señor es Ignacio Cosidó, quien , en la actualidad, lidera el movimiento para exigir que el presidente Pedro Sánchez presente sus alegaciones en el Senado referentes a la confección de su tesis. Pero hay más, según el periódico el diario.es: el ex director de la Policía ejercía por entonces de asesor del grupo parlamentario del PP cuando dos de sus diputados examinaron y evaluaron su tesis. Y todavía más: el tribunal de Don Ignacio Cosidó estaba compuesto por un histórico de la UCD, u colaborador asiduo de FAES, dos diputados del PP, como he señalado antes, y un condenado por robar 128.000 euros con las black. La hipocresía y la desfachatez crecen si límites, así como se hace insoportable y obsceno el abuso del PP de su mayoría absoluta en el Senado, consecuencia de una legislación electoral inicua.
2º) Reig Plá, primer obispo español en sumarse públicamente a los cardenales que piden desobedecer al Papa. No es de extrañar que el obispo que más exabruptos, vituperios, desprecios y hasta insultos, ha proferido públicamente contra las ¿”aberraciones”? sexuales, según él, de las que no han salido muy bien parados sus protagonistas, en un ejercicio admirable y ejemplar del amor evangélico, se haya sumado a los cardenales comprensivos. misericordiosos, tolerantes y caritativos que se asustan y sorprenden del talante evangélico de Francisco, tan parecido, para mi amigo borrachín Nicasio, al señor Jesús. Afirma, además, monseñor, Reig Pla, que criticar las reformas de Francisco es “un acto de amor al Papa”.
Ya que ve el Pontificado del papa argentino como la causa de “una Iglesia sin doctrina, que no es una Iglesia pastoral, sino una Iglesia del arbitrio y esclava del espíritu del tiempo”, y dado el profundo amor de Pla a la Iglesia, y su encarnado espíritu reformador, no extraña su posicionamiento de vanguardia ante la catástrofe que se intuye en la institución eclesial. ¡Iglesia del arbitrio! ¿Habrá meditado monseñor sobre la primacía de la libertad, y de la verdad? Y estamos tentados de preguntarnos, ¿Qué habrá hecho la ciudad y diócesis de Alcalá, para que esté sentado en su sede episcopal un obispo de la índole de Reig Pla como sucesor de Cisneros?
3º) ¿Por qué las catedrales de media Europa son propiedad del Estado, y en España e Italia, de la Iglesia? Hay que reconocer que es una buena pregunta. Si en los principales países de nuestro entorno, Francia, Portugal, Alemania, Reino Unido, las grandes joyas artísticas y de testimonio de la historia cultural de esas naciones no discuten el uso religioso de las mismas, pero el Estado se reserva su propiedad. Así tiene lógica la afirmación de Antonio Manuel Rodríguez, miembro de la Coordinadora Recuperando, quien asegura: “La catedral de Lisboa pertenece al Estado de Portugal; la de Notre Dame al Estado francés; la de Colonia al Estado alemán; y la abadía de Westminster al Reino Unido, y lo que ocurre en España es una anomalía”.
En los países citados hay un legislación que marca muy claramente la “diferencia entre propiedad (que corresponde al Estado) y uso (cuya responsabilidad recae en las instituciones eclesiásticas, que han de velar por que no se lleven a cabo iniciativas contrarias en la fe en terreno sagrado”. A la vista de estos testimonios choca, y llama la atención la queja del gerente del patrimonio del episcopado , Fernando Giménez Barriocanal, quien hace unos días se quejaba de que este Gobierno, -¡siempre las quejas contra Gobiernos de izquierda!, raramente contra la derecha de este país-, estaba intentando una nueva desamortización contra la Iglesia. Por lo que quedan, de alguna manera, retratado, cuando afirma que “son muy pocos los bienes que son económicamente rentables para la Iglesia”, y éstos, los buenos y rentables son, justamente, aquellos por los que la jerarquía de la Iglesia insiste en sus reclamación, cuando de otros pasa de largo. Y la pregunta es: si son ,en general, tan poco rentables, ¿por qué el episcopado español no imita a las conferencias episcopales de tantos países europeos, y no deja la propiedad al Estado, y se quita de líos y preocupaciones?
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