Jesús Mª Urío Ruiz de Vergara
Nota: en estos últimos días, ha habido un obispo en España que “no se ha callado”. Se trata del obispo de Astorga, D. Juan Antonio Menéndez, presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, que ha calificado como “Un problema de Estado” el “drama humano” que sufren los refugiados. También ha instado a los políticos a “tomarse en serio” esta situación, de la que “dependen muchas vidas humanas·.
“Esta tragedia es el último eslabón de una cadena que nos está preocupando a todos porque nadie pone remedio a esta situación”, ha dicho el obispo de Astorga en declaraciones a La Opinión de Zamora, días después de que una veintena de inmigrantes subsaharianos aparecieran ahogados en la costa melillense. Mi primera intención era añadir una nota, a mi artículo de ayer en mi blog, “EL que calla otorga”, (sobre el silencio clamoroso de nuestros obispos, ¡con la que está cayendo!), pero al leer más que el título de las declaraciones del obispo, me he animado a montar, con ellas, un artículo separado. Ahí van las declaraciones, que para destacarlas, irán con cursiva, para distinguirlas tano de algún comentario mío personal, como del autor del artículo de RD. “(Las declaraciones no las he transcrito directamente de “La opinión de Zamora”, sino del artículo que, sobre las mismas, ha escrito Cameron Doody para Religión Digital, (RD).
“Ni los gobiernos, ni la oposición a los gobiernos tienen la sensibilidad suficiente para poner los medios a esta cuestión que es un drama humano como ha señalado en varias ocasiones el Papa Francisco”, ha denunciado el prelado, llamando a los políticos a ponerse de acuerdo en esta cuestión “para que la inmigración que se haga, sea siempre en libertad, con información verídica y acompañada, de manera que se eviten las mafias, las muertes y todas las tragedias humanas que está causando esta situación”.
“Yo quisiera instar al Gobierno y la oposición a tomarse en serio el problema, esto no es una cosa menor, sino del presente y del futuro del cual dependen muchas vidas humanas”, ha añadido monseñor Menéndez, insistiendo en “la necesidad de alzar la voz” y la responsabilidad que tenemos todos de trabajar para “erradicar” las muertes de inmigrantes en el mar.
“La erradicación más eficaz consiste en que en sus países puedan tener el desarrollo suficiente para poder vivir”, ha opinado por último el obispo de Astorga, reiterando que si hay personas que deciden emigrar debería poder hacerlo “en libertad y con la información suficiente de lo que se van a encontrar en el camino”. En los países de acogida, ha agregado, debe haber la “sensibilidad” necesaria como para darles la bienvenida y “respetar su dignidad, sus derechos e integrarlos en nuestra sociedad como personas humanas que son”.
(Declaraciones transcritas de Religión Digital, del día 07/Febrero/2018) por El Guardián del Areópago)
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