- Por: Javier Valiente
Más de 300 participantes se han reunido, del 27 de noviembre al 1 de diciembre, para reflexionar sobre cómo convertir a la familia en sujeto de la acción pastoral.
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“El espíritu de familia, propio del carisma salesiano, y la misión compartida con los laicos, deben ser una apuesta firme para nuestra acción educativa y evangelizadora con los jóvenes y las familias”. Así de rotundo se manifestó el Rector Mayor de los Salesianos, el español Ángel Fernández Artime, en la misa de clausura del Congreso Internacional salesiano de Pastoral Juvenil y Familia que se ha cerrado este viernes en Madrid.
Fernández Artime animó a los más de 300 participantes, entre salesianos y laicos venidos de 70 países, a tender puentes ante tantas situaciones de familias con dificultades y situaciones de crisis, a imaginar propuestas nuevas para integrar la atención a las familias y la pastoral juvenil.
La misa y el acto cultural de clausura, que se celebraron en el Colegio Salesiano San Miguel Arcángel de Madrid, cerraban un congreso que comenzó el pasado 27 de noviembre. A lo largo de estos cinco días, la Congregación Salesiana ha estado reflexionando sobre cómo unir más la pastoral con jóvenes, misión específica de la Congregación, con la atención pastoral a la familia. La novedad de este encuentro ha sido generar una sinergia entre los sínodos sobre la familia y el próximo sínodo sobre los jóvenes.
Precisamente, en las conclusiones de los grupos de trabajo, se ha destacado que la familia no es solo objeto, sino también sujeto de la acción pastoral. Se ha subrayado la necesidad de potenciar la formación de salesianos y laicos en el acompañamiento de los jóvenes hacia el matrimonio y en los primeros años de vida conyugal, así como la importancia de que en la formación de los futuros salesianos se incluyan aspectos específicos sobre cómo acompañar a las familias.
También se ha insistido en la necesidad de involucrar más a los padres en la pastoral juvenil, en buscar acciones conjuntas con otros grupos de la Familia Salesiana, en prestar más atención a la educación afectiva y en crear redes de soporte para las familias que tienen momentos de crisis.
Por eso, el Rector Mayor deseó, en las tradicionales Buenas Noches que cerraron el momento festivo de la tarde, que todas las obras salesianas, religiosos y educadores, “sigan transmitiendo esperanza, dando, a nuestros jóvenes y sus familias, motivos para la esperanza” incluso en medio de realidades difíciles que pueden vivir las familias.
La Congregación, comprometida con la atención pastoral a las familias
Este Congreso, que lleva cuatro años preparándose, según comentó Fabio Attard, Consejero General salesiano para la pastoral juvenil, ha sido un momento importante en la reflexión de toda la Congregación. Recoge los retos planteados por el Papa Francisco en los sínodos de la Familia, abre el campo de acción de la misión salesiana y, como comentaba Attard, va a guiar los próximos años de la reflexión de la Congregación que, además, está muy implicada en el próximo sínodo sobre los jóvenes.
Y, como muestra de este compromiso, el último día del Congreso se ha presentado el grado en Pedagogía para la Formación a la vocación matrimonial y familiar. Mario Óscar Llanos, de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Salesiana de Roma, explicó este novedoso currículo que quiere formar a agentes de pastoral para acompañar a los jóvenes en la vocación laical a la familia y al matrimonio. Se trata de una propuesta innovadora, interdisciplinar, que conjugará materias del ámbito de la biofísica, pedagogía, psicología, antropología, pastoral y teología, para formar a “artesanos de la acogida, del discernimiento, del acompañamiento”, según explicó Llanos.
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