Terrill Thomas un enfermo mental de 38 años ha muerto en una pequeña celda de la carcel del condado de Milwuakee víctima de un homicidio voluntario cometido por Los siete agentes del shérif encargados de la custodia de la prision en los diferentes turnos de guardia. Los siete agentes de la autoridad decidieron cortar el agua de la celda durante siete días hasta que Thomas murió sobre el suelo de su celda.
Imploró agua en vano. Perdió 16 kilos en esos siete días. Imploró agua. Siete policías sordos a sus gritos y gemidos lo dejaron morir entre el 24 de abril y el 1 de mayo. Seis jurados han pedido al juez que los procese por homicidio voluntario. El forense jefe ha concluido que Terrill Thomas ha muerto por homicidio.
!Sicio!. Tengo sed. Los siete agentes de la autoridad del país más rico del mundo no quisieron oír el !sicio! de Thomas en la carcel que custodiaban y cuya vida habían jurado proteger cuando juraron su cargo. La sed provoca una situación desesperada porque quien la sufre es consciente del estado en que se encuentra. Su organismo le envía mensajes constantes por lo que comienza a desvariar y solo piensa en beber. Y así muere. Los agentes de la autoridad esperaron a que su detenido muriera. Para eso tenían y era la autoridad. Tenían licencia para matar. Sobre todo a quien no se puede defender.
En esta pasada segunda semana de Pascua Florida los agentes de la autoridad no cayeron en la cuenta , no supieron , no vieron, que en la celda cuya corriente de agua habían cortado estaba absconditus a contrario, un galileo recién muerto de cruz y de sed. Estos guardias sin lanza y sin yelmo tampoco tuvieron esponja y vinagre, ni la quisieron. Como los del reparto de la inconsutil estaban allí para ver morir, para esperar a que Thomas muriera. Las mujeres dan vida. Los agentes de la autoridad, el prefecto, el sherif, los armados del mundo, provocan muerte, esperan la muerte, viven de la muerte. Lo grito en Salamanca Millán Astray: “¡Viva la muerte!”. Lo gritaron los fascistas italianos: “!Matemos el día!”. Lo grito Trosky:”Pues matemos el sol!”.
Para Terrill Thomas “lo antiguo ha pasado”. A nosotros nos queda ajustarles las cuentas a los que cortan el agua a los indefensos y a quienes les dan las órdenes, las placas y les pagan.
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