Sergio García/Israel Dutra
La caída de Alepo fue un hecho que conmovió al mundo. El baño de sangre provocado por las milicias de Al Assad, los bombardeos del régimen apoyados en fuerzas armadas Rusas destruyeron prácticamente dos tercios de la ciudad, sobretodo su sector histórico. Fueron innumerables los blancos civiles, quedó un rastro de destrucción que recuerda escenas de las grandes guerras mundiales.
Los meses que precedieron a esa ofensiva fueron de bloqueo de la entrada de alimentos y de toda ayuda humanitaria para las zonas de conflicto. Al Assad, en complicidad con Irán y la Rusia de Putin, separó los barrios que aún estaban en las manos de los rebeldes, impidiendo la entrada incluso de auxilio médico. Ya al final de noviembre, la evacuación de la ciudad movilizó masas de civiles, que se fugaban aterrorizados con la situación. Olas de violaciones, asesinatos casa por casa, incluso de viejos y niños mancharon de sangre toda la ciudad, conocida como el corazón de la resistencia a la dictadura del clan Assad. ··· Ver noticia ···
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