Revista Trasversales número 37, febrero 2016
La UE está en descomposición. Lejos quedan las respuestas a crisis anteriores, que llevaron a nuevos acuerdos comunitarios, por discutibles que fueran algunos. La construcción de la UE ha supuesto un paso atrás y dos adelante hasta el fracaso de la Constitución y el posterior remiendo del Tratado de Lisboa, pero ahora asistimos a respuestas desordenadas desde los Estados y al abandono explícito de los proclamados fundamentos de la Unión.
La UE tiene un déficit de democracia, el Parlamento no controla al Consejo (reunión de jefes de Estado, que toma las decisiones principales y en parte legisla) y la Comisión ejecuta las decisiones de éste. No existe un Tesoro europeo y hay enormes diferencias en fiscalidad entre los estados. La UE permite la existencia de paraísos fiscales en su interior y carece de una política exterior común, aunque haya ministra de exteriores y cuerpo diplomático. No sabe cómo responder a problemas de su entorno, como el conflicto Rusia-Ucrania -ya pasó en la crisis de los Balcanes- y a los conflictos de Oriente Medio. ··· Ver noticia ···
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