PROCONCIL
En estos días convulsos, queremos acercarnos a la red y poner en comun algunos pensamientos y meditaciones, con un profundo dolor y repulsa ante actos inadmisibles.
Nuestra intención no es solo compartir la conmoción que nos afecta, sino también seguir buscando senderos de encuentro, de fraternidad en el mundo.
La mayor blasfemia, que puede ser común a cualquier religión, o a sectores de ella es acabar con vidas humanas en nombre de Dios. Esto, además de ser una blasfemia es de los más graves delitos: terrorismo; y debe ser perseguido por las autoridades de cualquier país, al tiempo que se analizan y se procuran solventar situaciones que lo fomentan: explotación, marginación, guerras, pobreza, fanatismo, graves daños en la cohesión social…
Una blasfemia permanente es atentar contra la dignidad de las personas, o contra su integridad en nombre de Dios.
Se “usa el nombre de Dios en vano” cuando se le atribuyen los males o los bienes que acontecen en la vida humana y que tienen que ver con diferentes circunstacias y no con la “voluntad” de Dios.
La Voluntad de Dios queda expresada para los cristianos en le mensaje de Jesús. El ha venido para que tengamos vida y vida en abundancia. Ha venido para que los ciegos vean, los cojos anden... y para anuneciar la Buena Noticia a los pobres.
Blasfeman también, en diferente medida, los que se sienten autorizados por "su "Dios, para atacar y ridiculizar al Dios o a las creencias profundas de cualquier ser humano de buena voluntad.
Es un error separar la libertad, de otros valores junto a los que creció.
No hay libertad verdadera sin igualdad y sin fraternidad (por ejemplo)
Igual que la democracia, sin igualdad real es meramente una democracia formal
(Evidentemente, esto no justifica el terrorismo, ni lo hace menos deleznable)
En gran parte de Europa, un laicismo recalcitrante - diferente de la saludable laicidad de estados e instituciones públicas (no religiosas)- se burla, ridiculiza y difama las profundas creencias religiosas de una gran parte de la Humanidad, achacándoles perversos efectos y no reconociendo sus aportes.
Frente a esto, los fanatismos y fundamentalismos, presentes también en todas las religiones, justifican sus fines con medios agresivos y excluyentes inadmisibles, algunos de ellos criminales, pero todos deleznables.
Los medios de comunicación se convierten en medios de incomunicación cuando las libertades individuales permiten difamar, calumniar, ridiculizar a personas e instituciones, yendo más allá del humor satírico que, cuando ridiculiza situaciones injustas respetando la dignidad de las personas, puede ser beneficioso para estimular la crítica y la mejora de las situaciones.
Cuando no hay empatía, cuando el "otro" no interesa, cuando uno cree que lo suyo es absolutamente mejor e inmejorable, se puede agredir en lo más profundo al vecino; y esto, aunque no justifique su reacción puede actuar como desencadenante. Pero lo más importante no es dejar de provocar e insultar por si el vecino se "cabrea", sino porque es nuestro vecino y le debemos respeto. Y si somos cristianos, algo más que respeto…
También están los que no aceptan la libertad, sean personas o instituciones, porque les desestabiliza y quieren imponer su ley del silencio. Esto es inadmisible. Aún nos queda mucho camino por recorrer en el terreno de la comunicación en libertad. Porque esta comunicación tiene que salvaguardar la integridad de los otros, su dignidad, su fama, su presunción de inocencia cuando corresponda y, en el caso cristiano, la caridad.
¡Cuántos foros son una vergüenza y un estercolero donde se echa toda la basura para denigrar a otros! ¡Y algunos de los que participan ignominiosamente se consideran cristianos!
El terrorismo es una lacra espantosa de la humanidad.
También lo son, en otros niveles, el hambre que mata millones, las graves enfermedades que podrían erradicarse, las guerras, la violencia de género, la falta de derechos laborales que conduce a la muerte y a la ruina a miles de familias en todo el mundo…
Pero el terrorismo nos da más miedo, porque no se sabe donde puede golpear, es universal.
Y el Miedo es el gran enemigo de la Libertad, de la Igualdad, de la Fraternidad, de la Empatía, de la Acogida al diferente, de la Solidaridad…y de la Fe.
Las reacciones ante el miedo son diversas: unos huyen, otros se esconden y otros se arrojan en una huida hacia adelante
Con el terrorismo se van a poner medios. Es lo que todos esperamos. Habrá que revisar también la legitimidad y procedencia de cada uno.
Y si se ponen medios sólo contra los actos y no se ponen medios contra lo que lo fomenta, será una lucha estéril y cortoplacista.
Ahora, tengamos cuidado con nuestro miedo.
Y revisemos nuestras ideas sobre la Libertad.
Hoy, más que nunca, es necesario acercarnos unos a otros, conocernos mejor y tender puentes
No se puede amar lo que no se conoce (San Agustín)
No habrá paz en el mundo mientras no haya paz entre las religiones (Raimon Pannikar)
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