DEIA Martes, 3 de Septiembre de 2013
La polémica suscitada por el nombramiento de Jone Artola como txupinera de Aste Nagusia, y la posterior actuación del delegado del Gobierno de España en el País Vasco, señor Urquijo, en contra de esta decisión, llegó a límites impropios de un país serio, y es que, tal vez, el nuestro no lo sea. Me refiero a España. Me explico
Según tengo entendido, y que me perdonen si estoy equivocado, Etxerat pide el acercamiento de los presos vascos a cárceles de País Vasco. ¿Vale? Pues bien, según el señor Urquijo, quien hace, defiende y trabaja por este objetivo no es digno/a de encender el txupin de las fiestas de Bilbao.
Entonces aquí vienen mis preguntas...
1ª ¿Qué hizo el rey Juan Carlos I, de España, hace unos días en Marruecos? Que se sepa, pidió el acercamiento de presos españoles a cárceles españolas e incluso el indulto de algunos, cosa que a Etxerat, que yo sepa, ni se le ocurre plantear. Me refiero a lo del indulto de los presos vascos.
2ª ¿Las víctimas de los presos cuyo acercamiento pidió el rey de España, en Marruecos, tienen el mismo derecho a sentirse ofendidas, que las víctimas de los presos vascos? Si la respuesta es afirmativa, que lo es, ¡actúe, señor Urquijo, contra el rey!
3ª ¿Lo que podríamos llamar (no quiero ofender a nadie) echera made in spain cuyo portavoz, al menos en Marruecos, ha sido el rey, sí puede pedir acercamientos e indultos de presos, sin el riesgo de ser inhabilitado?
Por favor, los sainetes son de otro tiempo. Ahora, aquí, hay problemas y necesidades mucho más importantes que estos, a los que nuestras instituciones, nuestros políticos y el conjunto de la sociedad tienen, tenemos, la obligación de atender y si es posible solucionar, en lugar de estar mirando quién enciende el txupin.
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