El nuevo Papa recibe el anillo y el palio en una multitudinaria ceremonia de inicio de Pontificado en el Vaticano
Francisco ha comenzado su discurso en la ceremonia de inicio de Pontificado en el Vaticano acordándose de los más pobres, reforzando así la imagen que trata de dar como “Papa de los pobres” frente a las acusaciones que le señalan como antiguo colaborador de la dictadura argentina del general Videla. Ha asegurado que su poder está al servicio de otros, “especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños, el hambriento, el sediento, el forastero, el desnudo, el enfermo y el encarcelado”. Y ha recordado que “el odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida”.
Francisco ha comenzado su discurso en la ceremonia de inicio de Pontificado en el Vaticano acordándose de los más pobres, reforzando así la imagen que trata de dar como “Papa de los pobres” frente a las acusaciones que le señalan como antiguo colaborador de la dictadura argentina del general Videla. Ha asegurado que su poder está al servicio de otros, “especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños, el hambriento, el sediento, el forastero, el desnudo, el enfermo y el encarcelado”. Y ha recordado que “el odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida”.
Francisco ha salido, en torno a las 8.45, horas de la Casa de Santa Marta para recorrer en ‘jeep’ descubierto, en lugar del ‘papamóvil’, la Plaza de San Pedro y sus corredores y se ha acercado hasta el final de la Plaza con el fin de saludar a la multitud que la abarrota para acudir a la Misa de Inicio del Ministerio del Ministerio Petrino. El nuevo dirigente eclesiástico ha decidido simplificar la ceremonia. No da la comunión a ninguna persona, sino que la comunión es repartida por diáconos, así como también serán 500 sacerdotes los que repartirán la comunión en la plaza de San Pedro y Via della Conciliazione.
“Ciertamente, Jesucristo ha dado un poder a Pedro, pero ¿de qué poder se trata? Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe”, afirmó el Papa en la homilía de la misa de inicio de pontificado. Agregó que el pPapa debe abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, “especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños; esos a los que Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado”.
El Obispo de Roma también pidió a los responsables políticos y sociales que sean custodios de la creación y guardianes del medio ambiente. “Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”, afirmó en la homilía. Y señaló que para custodiar, también los hombres tienen que cuidarse de ellos mismos.
“Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia, ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura”. Francisco precisó que la vocación de custodiar no sólo atañe a los cristianos, sino que corresponde a todos, “es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos”.
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