Mt. 2, 1-12
El hombre actual ha quedado, en gran medida, atrofiado para descubrir a Dios. No es que sea ateo. Es que se ha hecho “incapaz de Dios”.
Cuando un hombre o una mujer sólo busca o conoce el amor bajo formar degeneradas y su vida está movida exclusivamente por intereses egoístas de beneficio o ganancia, algo se seca en su corazón.LEER MÁS
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