Indignados por la total manipulación que estos días se hace de la Navidad, queremos manifestar que nos han robado la verdadera Navidad. La locura de anuncios y adornos navideños que invaden las calles poco o nada tienen que ver con lo que significa el nacimiento de Jesús.
Estamos hartos del bombardeo constante a que nos somete la publicidad incitando a consumir y a comprar lo que no necesitamos y a gastar lo que no tenemos, utilizando la Navidad simplemente como un medio para aumentar ventas y beneficios.
Nos damos cuenta como este neoliberalismo salvaje en el que estamos inmersos produce valores contrarios a la Navidad y al mensaje de Jesús, y hacemos un llamado firme a recuperar los verdaderos valores que la Navidad implica y a denunciar la hipocresía de este sistema que utiliza a Dios para promover el beneficio empresarial mientras se olvida de los pobres, que son los preferidos del Padre. Hoy, para el pobre José, la pobre María y el pobre Jesús no habría lugar en los centros comerciales, ni en los supermercados, ni en los hoteles de lujo.
Queremos denunciar que este sistema neoliberal en el que vivimos excluye a las mayorías y beneficia a los más ricos y a las grandes empresas nacionales y transnacionales. Nada más lejos del mensaje de amor, solidaridad y fraternidad que nos trae el nacimiento del niño Dios.
Hoy ha nacido para ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo Señor. En esto lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. (Lc 2, 11-12)
Nos imaginamos “otra Navidad posible”, más cercana a ese Niño Jesús nacido humildemente en un pesebre… y que sigue naciendo hoy en los más pobres y excluidos. No queremos ese Santa Claus comercial, interesado solamente en promover ese consumismo exacerbado. Queremos abrir corazones y puertas a la llegada salvadora del Niño Dios. La solidaridad y la ternura se abrirán paso frente al individualismo, al egoísmo y al consumismo.
Nos imaginamos una Navidad donde aprovechamos para hacer un viaje al interior de nuestro espíritu, allí donde habita el Dios de la Vida y le pedimos nos ayude a reconocerlo hoy entre los más pobres y excluidos y a luchar junto con ellos por una vida digna, como Él quiere para todas sus hijas e hijos.
Nos imaginamos una Navidad sencilla, solidaria, alegre… sin lujos, donde haremos presentes en nuestros corazones a todas las personas que sufren y que son las preferidas de Dios Padre y Madre: niños/as de la calle, trabajadoras explotadas en las maquilas, desempleados/as, enfermos/as sin acceso a la salud, campesinos del interior y pobladores de tantos barrios que pasaran un día mas con hambre, nuestros hermanos trabajadores migrantes que pasarán la Navidad lejos de sus familias, las mujeres golpeadas y abusadas en tantos hogares, las Mujeres que también en Navidad para sobrevivir y llevar el pan a sus Niñas -Niños están en la prostitución
Soñamos, deseamos que nuestros corazones no puedan permanecer impasibles ante tanto dolor e injusticia y nos moverán a ponernos en marcha para buscar la manera de que toda esta situación, que es escandalosa a los ojos de Dios, cese de una vez por todas.
Y a nivel nuestras Comunidades queremos una Navidad Misionera. No queremos celebrar la Navidad encerrados en nosotros mismos, ni reducirla nada más a nuestras familias. Desde ellas y desde nuestras Comunidades queremos ir más allá y llevar la Buena Noticia de Jesús y celebrarla al menos con otros vecinos, en otros sectores de nuestros Barrios y también con los que están de alguna manera excluidos.
Nos imaginamos y queremos otro Mundo Posible, otra América Posible, otra Patria posible… justa fraterna y solidaria como es el Nacimiento de Jesús.
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