Al narrar el nacimiento de Jesús, el evangelio va enumerando la imponente serie de personajes importantes de la época. Hombres que ocupan los más altos poderes civiles, administrativos y religiosos.
Sin embargo, es un hombre pobre del desierto el único que escucha la palabra de Dios que debe oír todo el pueblo. Un hombre que no pertenece a ninguna jerarquía y no posee poder, dinero ni autoridad alguna.(LEER EL EVANGELIO)
Las gentes deberán escuchar la llamada al cambio y a la transformaci6n, no en la corte del emperador ni en los círculos selectos de los gobernadores romanos o los sacerdotes judíos. Es al hombre del desierto al que habrán de acudir.
Siempre es así. Es al pobre al que hay que escuchar para poder oír en lo más hondo de nuestro ser una llamada al cambio y a la salvación.
Cuando una persona sincera es capaz de aprender a mirar la vida desde la perspectiva del pobre y del indefenso, se siente llamado a renovar su vida. Escuchar al ser humano que nos grita desde el desierto de su pobreza, es siempre escuchar una llamada a la conversión.
Quizás si aprendiéramos a ver la vida desde la necesidad del pobre y acertáramos a compartir sus aspiraciones, sus luchas y su hambre por vivir en una sociedad más humana, comenzaríamos a entender la existencia de una manera cualitativamente distinta. ¿No será éste el mejor camino para escuchar con nitidez la llamada a abrir nuevos caminos en nuestra vida personal y en nuestra conducta social?
Un grito estridente y doloroso se escucha hoy en nuestra sociedad contemporánea. Es la voz de los marginados, los indefensos, los atropellados, los ancianos, los humillados, los manipulados, los desprovistos de toda defensa ante las injusticias de los más poderosos.
Es una voz que nos urge a «socializar» más nuestra vida y a empeñarnos en nuevos caminos que nos conduzcan a una sociedad distinta, organizada no en función de los intereses de unos privilegiados sino de las necesidades de los débiles e indefensos.
La salvación viene siempre de una palabra de Dios. Y esta palabra se nos dirige incesantemente a los hombres también hoy, aunque raramente encuentre a alguien que la escuche en su corazón.
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domingo, 9 de diciembre de 2012
JOSÉ ANTONIO PAGOLA 2 ADVIENTO 2012
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