Enviado a la página web de Redes Cristianas
El resultado de la elecciones de ayer en Catalunya ha puesto de manifiesto fundamentalmente dos cosas: el rechazo a la política neoliberal de recortes impuesta por CiU de manera tan drástica en los dos últimos años y la ampliación de la expresión electoral y política del sentimiento de identidad. Éste sentimiento ha crecido y, con matices diferentes, está presente en otras opciones políticas, fundamentalmente de izquierda y distintas a la que pretendía encabezarlo en exclusiva, como pedía, a partir de una amplia mayoría.
Esto pone de manifiesto, por una parte, que en un colectivo la exigencia de una mayor justicia social es compatible con la exigencia de mayor respeto a su identidad cultural y a sus aspiraciones de mayor autogobierno.
Y por otra que lo que está ocurriendo en Catalunya es el resultado de un sentimiento transversal, no atribuible a ninguna formación política o social en solitario. Quienes durante tanto tiempo han alimentado el fuego de la confrontación deben tener presente esto porque sus agresiones no se dirigen sólo a una persona o a una formación sino que será la mayoría de la sociedad la que se sentirá ofendida.
Finalmente, excepto las dos formaciones con presencia en el estado, PP y PSC, y Ciutadans, el resto –aquí sí que en una muy amplia mayoría- están por el derecho a la consulta como un elemental derecho democrático.
26 de noviembre del 2012
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