Denuncian que “vivir diez o más personas en un solo piso es inhumano”
“Apirar a una vivienda digna no supone vivir por encima de nuestras posibilidades”
“Los bancos no aceptan renegociar las condiciones hipotecarias que permitan a las familias ir devolviendo esa deuda sin tener que renunciar a una vida digna
“Apirar a una vivienda digna no supone vivir por encima de nuestras posibilidades”
“Los bancos no aceptan renegociar las condiciones hipotecarias que permitan a las familias ir devolviendo esa deuda sin tener que renunciar a una vida digna
Con el ejemplo de “la indignación de Jesús” por bandera, el Foro de Curas de Madrid denuncia la “inhumana situación” de los que pierden su vivienda, al tiempo que pide que se reconozca “la dación en pago y el alquiler social”, que se detengan ya los desahucios y se ponga coto “a las cargas insoportables” que bancos y cajas siguen trasladando a los más débiles.
Texto íntegro del comunicado del Foro de Curas de Madrid
Con esta Declaración los miembros del Foro “Curas de Madrid” hacemos público nuestro apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular promovida por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca para presentar próximamente en El Congreso de los Diputados. Esta Iniciativa plantea una “Proposición de ley para la regulación de la dación en pago, paralización de los desahucios y alquiler social”
El negocio de la vivienda
“El único objetivo era vivir dignamente. Vivir diez o más personas en un solo piso es inhumano. Necesitábamos la vivienda para la reunificación familiar y de esto se aprovecharon los bancos y las inmobiliarias ofreciéndonos créditos con todas las facilidades del mundo”. Así se expresan los miembros de la Plataforma.
La vivienda, bien de primera necesidad y derecho constitucional, se convirtió en el más lucrativo de los negocios. De 2000 a 2007 el precio del metro cuadrado creció en un 106 %, mientras que los salarios nominales – no la capacidad adquisitiva real que incluso descendió – solamente crecieron el 8 %. Para poder acceder a una vivienda las familias se vieron obligadas a endeudarse. Y así, la proporción de endeudamiento respecto a la renta total de las familias creció desde el 45 % en 1995 hasta sobrepasar el 140 % en 2008.
Aprovechándose de esta situación, las entidades bancarias, estimuladas por la ausencia de controles públicos, incentivaron la concesión abusiva de créditos hipotecarios. De esta manera, la banca española y extranjera – acreedora de la española – han tenido unos años de beneficios extraordinarios.
“El crédito total a residentes pasó de 701.663 millones de euros en 2002 a 1,8 billones en 2008. Un incremento gigantesco del negocio de la banca que en un 70 % fue dirigido a la construcción o actividades colindantes, a alimentar la burbuja inmobiliaria” (V. Navarro, J. Torres, A. Garzón, “Hay alternativas “Ed. Sequitur, 2012)
Cargas insoportables
“Hemos cumplido fiel y minuciosamente – siguen diciendo los afectados -con nuestros compromisos mientras hemos tenido trabajo. No es voluntad de no pagar, es que no podemos… Y vemos que todos los poderes de este país están dedicados a rescatar a los bancos y cajas que disfrutaron de la burbuja inmobiliaria; mientras que las ejecuciones hipotecarias y los desahucios están incrementando aceleradamente la cantidad de familias marginadas y arrojadas a la exclusión social”
El estallido de la burbuja inmobiliaria ha dejado en España unas altísimas tasas de desempleo. La disminución de ingresos hace que muchos hogares no puedan afrontar el pago de la hipoteca. Los activos inmobiliarios de los bancos se derrumban y sus acreedores extranjeros exigen que los bancos españoles les paguen su deuda. Pero la carga se va trasladando hasta los últimos y más débiles eslabones de la cadena, familias inmigrantes y españolas, a costa de lo que sea.
Ya que el ordenamiento español prevé un procedimiento de ejecución hipotecaria que comporta no sólo la pérdida de la vivienda habitual, sino también la posibilidad de que se embarguen los salarios y otros bienes presentes y futuros. La entidad bancaria pueda adjudicarse la vivienda por tan sólo el 50% del valor de tasación y seguir exigiendo a la familia el monto restante, más los intereses generados y los gastos del procedimiento judicial. Lo que supone dejar a muchas familias en la calle y con una deuda que hipoteca a ellos y a sus avalistas para toda la vida, que las excluye definitivamente de cualquier circuito financiero o crediticio.
Se nos quiere hacer creer que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” que “lo primero que hay que hacer es devolver las deudas” etc. etc…. El Foro “Curas de Madrid” consideramos que aspirar a una vivienda digna no supone vivir por encima de nuestras posibilidades. Los datos del Banco de España revelan que sólo un 16 % de las familias más pobres han recurrido al endeudamiento; y que, cuando lo han hecho, ha sido fundamentalmente para pagar su única vivienda. Mientras que un 65 % de las familias más acaudaladas se ha endeudado para comprar una segunda o tercera vivienda y especular con ella.
Son sobre todo estos sectores que, por otra parte, suelen coincidir con los accionistas de las entidades financieras, los que han vivido y siguen viviendo por encima de las posibilidades de todos. Y son los que quieren cargar, y lo están consiguiendo, ese enorme fardo de la deuda que ellos han generado sobre las espaldas de todos los ciudadanos.
En la actualidad, el Estado se está endeudando, todos los ciudadanos nos estamos endeudando y perdiendo de nuestros derechos en educación, sanidad, atención a dependientes, etc. etc. para rescatar las deudas generadas por los bancos – el 83 % del deuda total del país es privada contraída sobre todo por las entidades financieras -. Mientras, ellos siguen enriqueciéndose, especulando con esa misma deuda pública y utilizando estas ayudas del Estado para acrecentar los dividendos de sus accionistas, no para facilitar el crédito a familias y empresas.
Pero, aunque se van dando pasos debidos sobre todo a la presión popular, los bancos, en general, no aceptan renegociar las condiciones hipotecarias que permitan a las familias ir devolviendo esa deuda sin tener que renunciar a una vida digna. Se apoyan para ello en una legislación establecida por el abusivo poder económico y político que en nuestro país tienen las entidades financieras.
La vivienda es un derecho no un negocio
La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española declaraba recientemente: “Para las familias que no pueden hacer frente al pago de sus viviendas y son desahuciadas, es urgente encontrar soluciones que permitan hacer frente a sus deudas sin tener que verse en la calle. No es justo que, en una situación como la presente, resulte tan gravemente comprometido el ejercicio del derecho básico de una familia a disponer de una vivienda” (“Ante la crisis, solidaridad”, 4-10-2012)
Por nuestra parte consideramos que un Gobierno consciente de la cuota de responsabilidad de las entidades financieras y de las propias administraciones públicas en lo ocurrido, debería colocar el derecho a la vivienda de las personas por encima de los beneficios abusivos de la banca.
Por todo ello, apoyamos los cambios legislativos que propone la Iniciativa Legislativa Popular:
1.Que se reconozca la dación en pago en la ejecución hipotecaria.
2.- Que se paralicen los desahucios cuando se trate de la vivienda habitual y el impago del préstamo sea debido a motivos ajenos a la voluntad del hipotecado.
3.-Que se reconozca el alquiler social. De manera que el ejecutado pueda seguir residiendo en la vivienda pagando un alquiler no superior al 30 % de sus ingresos.
Queremos asimismo manifestar nuestro agradecimiento a todos los que en estos meses están dedicando su tiempo y preparación técnica para denunciar y encontrar vías de solución a estas situaciones. Nos referimos, por ejemplo, a personas del Movimiento 15-M, de Asociaciones de Vecinos, Sindicatos, Parroquias y otras plataformas, y todos los que individualmente están colaborando en esta tarea. Consideramos que constituye un signo de esperanza el que, a pesar de la cultura individualista e insolidaria en la que a menudo se nos pretende educar, todavía haya sectores sociales que no han renunciado a la dignidad de ciudadanos responsables y solidarios.
Con esta declaración hacemos nuestra la indignación de Jesús ante los poderes de la sociedad en que él vivió: “En la cátedra de Moisés han tomado asiento los letrados y fariseos… Lían fardos pesados, cargas insoportables, que cargan sobre la espalda de los demás, mientras ellos no quieren empujar ni con un dedo” (Mt. 23 / 4)
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