Las imágenes de la muerte de Gadafi han dado la vuelta al mundo, convertidas en símbolo de un país donde persisten los abusos de derechos humanos. Si a Gadafi lo mataron tras capturarlo, su muerte constituiría un crimen de guerra. Por eso, las nuevas autoridades libias tienen que juzgar a las personas responsables, como ya han anunciado, y hacer extensible la investigación a la muerte de su hijo, Mutasim Gadafi. Romper el legado represivo significa hacer justicia incluso a aquellas personas que se la negaron categóricamente a las demás. Las nuevas autoridades deben eliminar la detención arbitraria y maltratos generalizados, otra lacra del régimen anterior que por desgracia aún persiste. Nadie niega los grandes retos a los que se enfrenta el Consejo Nacional de Transición, como la reforma del sistema de justicia o el control de las milicias armadas que han tomado la ley en gran parte por su cuenta. Pero estarás de acuerdo conmigo en que, tras 42 años de represión brutal y casi siete meses de conflicto, la población se ha ganado a fuego un Estado de Derecho basado en el respeto por los derechos humanos. PINCHA AQUÍ Y FIRMA: defiende con tu firma los derechos humanos en Libia. Una vez más, gracias. Esteban Beltrán Director Amnistía Internacional – Sección Española |
viernes, 28 de octubre de 2011
La muerte de Gadafi pudo ser un crimen de guerra
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