El pueblo sencillo
Jesús no tuvo problemas con la gente sencilla. Ya sabemos que era”su gente” a la que brindó muchos elogios, que no vamos a repetir. “Desesperados, enfermos, pobres”…Ya sabemos que también se le acercaron publicanos y algún que otro hacendado…No tanto los que ostentaban poder civil y religioso…
Jesús, en definitiva, amaba a sus hijos e hijas con entrañas de “padre y madre”
En cambio con los “entendidos” y “listillos”, con los “doctores de la Ley” y todos los que manifestaban con autoridad y autosuficiencia, se enfrentaba a ellos. Por eso pudo decir con toda conciencia más de una vez: “Doy gracias, Señor porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se lo has revelado a la gente sencilla”
No confundamos la sencillez con la ignorancia, sino con el sentido común. Hay mucha gente que llamamos culta en títulos e ignorante en vida y experiencia, en sentimientos. La gente sencilla no tiene barreras para tratar de los hermanos ni tampoco para encontrarse con humano y lo divino y distinguir entre lo justo y lo injusto.
Hoy, todo lo que se decide en la iglesia, lo decide la Jerarquía, lo piensa la jerarquía, aunque el pueblo sencillo vaya por otro sitio, sobre todo cuando se trata de moral y de costumbres.
Hoy hay no pocos cristianos de base que nos están pidiendo cambio.
Y ser fieles al Evangelio.
· Más Evangelio y menos doctrina.
· Más vida y menos ceremonias.
· Más testimonio y menos escaparate.
· Nos está pidiendo menos discursos y más ejemplo.
La fortaleza no está en los signos externos. Ni en los grandes proyectos, grandes congresos…
Lo estamos viendo en nuestros tiempos por las plazas a “los famosos indignados” del 15 M. Todo un signo del descontento del pueblo por la pasividad, negligencia, grandes manifestaciones y promesas incumplidas…
En adelante tendrán que contar con sus voces y reivindicaciones. Ya no podrán actuar y obrar a sus espaldas.
Son los indignados de la Fe, los indignados de la Iglesia de los sencillos a los que el Señor revelaba sus sabiduría y no a los sabios y entendidos.
Podríamos poner algún ejemplo bien reciente en nuestra Iglesia, de algunas voces que ha sido calladas, solamente por decir lo que piensan, después de haber experimentado pastoralmente con sus fieles mucha vida de entrega, sacrificio y servicio a los más pobres, tal y como señala en Evangelio… sólo por intentar ser fieles a la extensión del Reino.
Finalmente, Jesús nos invita a cargar con el yugo. Es decir nos invita trabajar por su misma causa para construir entre todos por ese mundo mejor que nos dejó mandado el Señor.
Tarea ardua, donde la haya, pero con la única ley que nos dejó. “Si queréis ser felices amaos los unos a los otros como yo os he amado”
Quien busque otro camino se equivoca.
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