Gotzon Vélez de Mendizabal
En torno al "Jesús" de Pagola
* Párroco del Stmo. Redentor de Getxo, Por Gotzon Vélez de Mendizabal - Domingo, 7 de Marzo de 2010
FUE allá por el año 1996. Acompañaba a la M. General de las Trinitarias a una entrevista con el arzobispo y cardenal de Viena, Christopher Schönborn. En los momentos previos a la entrevista, nos atendió un P. Redentorista, entrado en años, muy sencillo y amable. Hablamos sobre la situación religiosa de Austria, muy tocada por el secularismo y laicismo. Recuerdo perfectamente el comentario que dicho religioso nos hizo al respecto: "El Sr. Cardenal, dada la carencia de espiritualidad en la sociedad de Austria, está dando entrada, sin mayor discernimiento, a toda clase de grupos y movimientos espirituales o religiosos. Pienso que está equivocado. Esto nos va a pasar factura".
Esto está también sucediendo entre nosotros. Es la hora de los movimientos fundamentalistas e integristas, de las fuerzas conservadoras, poco afectas al Concilio Vaticano II. Son muchas las voces que desde hace tiempo vienen hablando de una involución en la Iglesia y no faltan personalidades importantes que se lamentan de la situación que se está viviendo en ella. Algunos nombramientos de obispos son muy ilustrativos a este respecto. Evidentemente, en la Iglesia puede haber, hay, distintas sensibilidades, y todas tienen derecho a gozar de carta de ciudadanía siempre que no atenten contra la unidad. Pero no es lo mismo una orientación que otra. También a nosotros esto nos va a pasar factura. El tiempo lo dirá, si no lo está diciendo ya.
Y ¿qué tiene que ver esto con José Antonio Pagola? Yo empiezo a creer que mucho. Porque no entiendo la guerra que la iglesia española, que no la romana, le está haciendo a Pagola por su hermoso libro, que tanto bien está haciendo, Jesús. Aproximación histórica. Le tratan de hereje, concretamente de arriano. Pero resulta que Pagola en su libro no hace cristología, sino jesuología. Es decir, no se plantea la confesión que la fe cristiana ha hecho y hace de Jesús: "Jesús es el Cristo". Es por tanto, como dice Javier Vitoria, metafísicamente imposible que niegue o ponga en tela de juicio la divinidad de Jesús. Pagola, como él mismo lo explica, prescindiendo de su fe, que es grande, trata de llegar a lo que se puede saber de la historia del personaje Jesús de Nazaret. John P. Meier, en la introducción a su obra Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico (Editorial Verbo Divino), de características semejantes a las de Pagola, escribe: "Ruego a los lectores católicos de este libro que no se disgusten por atenerme a una estricta distinción entre lo que conozco acerca de Jesús mediante estudio y raciocinio y lo que sostengo mediante la fe... Esta obra permanece en el primero de esos ámbitos".
Lo mismo sucede con Pagola. Él escribe en la presentación de su libro: "En este trabajo he buscado aproximarme a la figura histórica de Jesús estudiando, evaluando y recogiendo las importantes aportaciones de quienes están dedicados de manera más intensa a la investigación de su persona. He tenido en cuenta sus análisis de las fuentes, el estudio del contexto histórico, la contribución de las ciencias socioculturales y antropológicas o los hallazgos más recientes de la arqueología". Por consiguiente, si alguna de sus tesis o apreciaciones estuviese equivocada, debiera ser refutada con argumentos puramente históricos, no de fe.
Yo me pregunto si no estarán cerca de la herejía algunos de los detractores de Pagola, quienes, tratando de subrayar la divinidad de Jesús, se olvidan de que Jesús es también verdadero hombre. Ya Karl Rahner denunció en su día la poca importancia que algunas teologías daban a la humanidad de Cristo, considerándola como algo menos importante, como una prenda de vestir, que se puede poner o quitar de manera arbitraria y caprichosa. Tengo la impresión de que más de un obispo y más de un teólogo (¿?) juegan así con la humanidad de Cristo.
Verdaderamente, no entiendo lo que está pasando con Pagola. Libros análogos al suyo, gozan de plena libertad y aceptación. Por ejemplo, de autores católicos, además del citado de John P. Meier, el de Joachim Gnilka, Jesús de Nazaret. Mensaje e historia (Editorial Herder), el de Giuseppe Barbaglio, Jesús, hebreo de Galilea (Ediciones Secretariado Trinitario) o el de C. Gil-C.Bernabé-R.Aguirre, ¿Qué se sabe de Jesús de Nazaret? (Editorial Verbo Divino); entre otros. ¿Por qué, pues, este ataque despiadado a José Antonio Pagola?
A falta de razones convincentes, sospecho lo siguiente: En mis quince años de ministerio sacerdotal en la diócesis de San Sebastián, seguí muy de cerca la pastoral de la diócesis, así como la de las diócesis hermanas, muy relacionadas, aunque divididas, como hoy, en unidades eclesiales distintas. La sensibilidad eclesial y pastoral que reinaba entonces en estas diócesis no es la de ahora. Por ejemplo, se procedía con mucha cautela ante peticiones e iniciativas de grupos eclesiales considerados como de corte fundamentalista. José Antonio Pagola fue muchos años Vicario General de la diócesis de San Sebastián. Esos grupos tienen hoy mucha fuerza en la iglesia española. Tengo para mí que Pagola está pagando factura por aquella pastoral de contención, como la han pagado otros prelados.
Para terminar, una última cuestión. He hecho alusión a la estrecha relación que había entre las diócesis vascas, incluida Pamplona, a pesar de la división en su pertenencia a otras provincias eclesiásticas: San Sebastián a Pamplona, y Bilbao y Vitoria a Burgos. En aquella sensibilidad eclesial se deseaba, por entenderse necesaria, la creación de una provincia eclesiástica formada por las cuatro diócesis. Este deseo no se pudo llevar a la práctica. ¿Por qué? Yo tengo escuchado a Monseñor Setién que, aunque la Conferencia episcopal española había dado luz verde a la petición de erección de la provincia eclesiástica vasca, no era conveniente solicitarla en ese momento a la Santa Sede porque había alguien muy influyente en el Vaticano que podría impedir la realización de ese deseo tan sentido y extendido en las diócesis vascas. Y las razones no parece que eran precisamente de carácter pastoral, como las que se señalan en el nº 39 del Decreto Christus Dominus, sino más bien de carácter político.
A este respecto, escribe Monseñor Setién en su libro Un obispo vasco ante ETA: "Los obispos del País Vasco, incluido también el arzobispo de Pamplona, estábamos persuadidos de que en nuestra labor pastoral no podríamos actuar ignorándonos mutuamente. Se nos imponía, por el contrario, la necesidad de actuar de común acuerdo e incluso conjuntamente. Por esa misma razón existía, también en el fondo, el deseo de dar forma institucionalizada a una exigencia sociológica que se hacía manifiesta por sí misma. Se veía inaplazable la creación de una provincia eclesiástica vasca que aun así, por diversas causas y, en especial, por una politización ajena a los objetivos estrictamente pastorales que perseguía el proyecto, no llegó a realizarse" (p.96).
Amo a la Iglesia, a esta Iglesia. Pero no puedo aceptar muchas de sus actuaciones.
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