Durante las décadas de 1980 y 1990 no pocos sacerdotes utilizaron la fórmula plural “Nosotros”, en lugar del “Yo te bautizo”. El sacerdote de Detroit Matthews Hood descubrió, al analizar el video de su bautizo, que se había empleado la fórmula plural, que el Vaticano ha declarado ahora inválida, por lo que ni era cristiano, ni sacerdote, ni válidos tampoco los miles de actos –bautizos, confesiones, comuniones, matrimonios- oficiados él, ni por muchos otros (falsos) sacerdotes. También los fieles deberían repetir todos sus sacramentos, confesar de nuevo todos sus pecados, etc.
¿Cómo es posible que el Vaticano haya llegado a decretar semejante cosa? ¿Habrían podido hacerlo mejor los sacerdotes, escribas y fariseos del Templo, que condenaron a Jesús? ¿Dónde está el “la letra mata y el espíritu vivifica” o “el sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”? ¿Las palabras son sagradas por lo que representan, o son fórmulas mágicas, intocables por su propio valor, como se creía también cuando tenían que pronunciarse en un determinado idioma?
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