1 junio 2020
MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ. FOTOS: SERGIO MARTÍN
En este año 2020, en pleno confinamiento a causa de la pandemia del coronavirus, se ha comenzado el derribo del edificio de los Salesianos en Pamplona. Una instantánea, en pleno proceso de piquetas y excavadoras, muestra al patio convertido en una enorme escombrera temporal. Más de tres meses durarán los trabajos de demolición del antiguo colegio, terminando así con un edificio que se construyó en 1927 en el segundo Ensanche de Pamplona. El viejo inmueble dará paso a nuevos edificios de viviendas en la ciudad.
El “patio” es una figura educativa salesiana clásica. Al igual que el poeta Antonio Machado en su famoso poema “Retrato”, los antiguos alumnos salesianos dicen: “Mi infancia son recuerdos de un patio de Los Salesianos…” Muchas generaciones de alumnos dedicaban más horas a las aulas y patios en Los Salesianos que a su propia casa, y eso deja un imborrable legado personal.
“Debe darse a los alumnos amplia libertad de saltar, correr y gritar a su gusto. La gimnasia, la música, la declamación, el teatro, los paseos, son medios eficacísimos para conseguir la disciplina y favorecer la moralidad y la salud”. Así escribía Don Bosco en su tratado sobre “el Sistema Preventivo en la educación de la juventud”.
La historia nos demuestra que cuando los salesianos proyectan abrir una nueva obra educativa en algun lugar, lo primero que calculan es si habrá suficiente espacio para el patio. Son necesarias las aulas, los talleres, la capilla…, pero no puede faltar un amplio patio. En el aula los jóvenes aprenden, en el taller se capacitan…, pero es en el patio donde se educan; algo más que adquirir competencias y aprender lo que viene en los libros.
Un “patio salesiano” no necesita realizar catas arqueológicas para poner en valor su patrimonio pedagógico salesiano. «El patio es Don Bosco entre los jóvenes», los encuentros más importantes pedagógicamente que nos ofrece Don Bosco se produjeron en el patio. No se trata de un patio grande o pequeño; lo importante no es el espacio o el lugar, se trata de una “forma de estar” del carisma salesiano.
Con esta intención se puede proponer iniciar la tramitación del expediente para la declaración de los “patios salesianos” como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de ‘bien inmaterial’. Se trata de la máxima figura de protección prevista por la legislación para los bienes de interés patrimonial. Esta iniciativa reconoce como fundamento de la tramitación el hecho de que estos patios «reúnen de forma destacada muchos valores identitarios salesianos».
De esta manera, aunque el histórico patio de salesiano Pamplona en la calle Aralar cierre sus puertas definitivamente, la gran familia salesiana mantendrá vivo este emblema de la ciudad donde tantos pamploneses se han formado personal y profesionalmente. Pero, no es una despedida; un nuevo centro en Sarriguren-Valle de Egües seguirá con “los 92 años de historia salesiana en Navarra y para seguir apostando por el presente y futuro siempre con el estilo educativo y pastoral de Don Bosco.”
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