Miguel Ángel García Morcuende SDB
De manera súbita nos hemos encontrado que somos tremendamente vulnerables y frágiles. El Covid-19 nos exige asumir medidas que incluso nos alejan de la posibilidad de acercarnos a los otros; el confinamiento hasta ahora sigue siendo una de las medidas más recomendada por su efectividad en la propagación del virus, haciéndola incluso obligatoria.
Este aislamiento involuntario ha permitido que una galería de rostros valientes esté intensificando su labor, brindando atención con gestos desinteresados y llenos de humanidad; vemos pintado en ANS a diario un lienzo multicolor salesiano de iniciativas educativo-pastorales para acortar las distancias con los niños, adolescentes y jóvenes. Y mientras tanto, el educador salesiano se está preguntando: ¿Qué respuesta pastoral real y coherente en tiempos de pandemia? ¿Con qué desafíos? ¿Con qué criterios? ¿Cuál debe ser nuestra motivación? IR A LA PÁGINA
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