Todos estamos llamados por Dios a ser santos, a ser
perfectos, como el mismo Padre lo es; y el camino para llegar a la plena
santidad es el amor: amor a Dios y a los hermanos, amor a los que sufren, amor a
sí mismo, a la familia, amor a la naturaleza, al cosmos-caos entero.
Las tres lecturas de hoy podría considerarse que están
centradas en el tema de la «santidad por el amor».
La primera lectura, un fragmento del «código de
santidad» del libro del Levítico, presenta una imagen de santidad mediada por la
responsabilidad con el prójimo; es decir, que el camino para llegar a Dios y
lograr la santidad comienza con el respeto hacia la vida y la dignidad del otro.
Este criterio es el centro de la Ley y los Profetas, el eje que determina
nuestra verdadera relación con Dios, el elemento fundamental de la fe, ya que a
través de la apertura a los demás es como ciertamente somos partícipes de la
promesa de salvación dada por Dios a su pueblo. IR A LA PÁGINA
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