Leer a diario a Isaías en el oficio de lecturas de la Liturgia de las horas, en este tiempo de Adviento, como ofrece a nuestro disfrute la Iglesia católica, a quien quiera hacerlo, envuelve el curso de los hechos históricos del tiempo presente, el que nosotros, ustedes y servidor vivimos, gozamos y sufrimos, en la luz reflexiva de una larguísima caravana de gozos y penas, de víctimas masacradas, olvidadas, calcinadas y de poderosos que cabalgaron sobre ellas, o volaron sobre sus tierras y casas para arrancarles la vida con macabros inventos energéticos, a ejemplo y seguimiento de los egipcios y los asirios que amagaron a Israel.
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