Este domingo comenzamos un nuevo año litúrgico, una nueva oportunidad de hacernos disponibles a la propuesta de Dios sobre cada uno de nosotros. Sería bueno preguntarnos ¿qué esperamos? Todos esperamos algo: el tiempo de vacaciones, un viaje, un trabajo, una pareja, aprobar unos exámenes, la lotería, curar una enfermedad, el black Friday… Pero también… ¿Esperamos algo bueno para el mundo, para la humanidad, para mí?
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