Pedro Serrano
Redes Cristianas
En este país se está perdiendo el sentido del humor y por ende el democrático. Leyes que lo permiten y fundamentalistas ideológicos y religiosos están llevando ante la Justicia a payasos, humoristas y ciudadanos de a pie como si fueran peligrosos delincuentes. Lo parodógico es que esos mismos denunciantes intolerantes con el humor, más o menos afortunado, no ponen el mismo entusiasmo en denunciar la corrupción de políticos de su cuerda o los abusos de sus clérigos pederastas.
Es lamentable que hayamos perdido la capacidad de ver el lado cómico de las cosas humanas y divinas, de relativizarlas, de cuestionarlas. El humor es la sal y pimienta de la vida; sin él nuestra existencia sería más insípida. El humor nos hace más felices, más transigentes, mejores personas, más humanos. Tener sentido del humor denota inteligencia y comprensión de nuestra precaria realidad y, además de ser terapéutico, nos ayuda a soportar con mejor talante los reveses de la fortuna.
// Antoñán del Valle León)
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