Alberto Revuelta
Según el señor Einstein, Dios no juega a los dados. Es evidente que permite actuar con humor a hombres y animales. La burra de Balaan es un caso de humor animal. La encerrona de Tamar a su suegro Judá haciéndole padre de dos de sus hijos Farés y Zara, después de ser por dos veces su nuera, es un caso de humor femenino.
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