Ecos de la Palabra para jóvenes y comunidades
• El yahvista divide la historia de la humanidad en dos cuadros: antes del pecado y después del pecado. Antes del pecado la vida del hombre era maravillosa: vivía feliz, desconocía el dolor y la muerte, Dios era su confidente y toda la naturaleza estaba a su disposición. Después del pecado, el cuadro cambia radicalmente.
• Para que la solemnidad de la Inmaculada Concepción no suene a privilegios y nos implique más profundamente debemos acercarnos a comprenderla a la luz de las palabras de Pablo en la segunda lectura: «Dios Padre nos ha elegido en Jesucristo antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor». Todos, por lo tanto, estamos llamados a ser santos e inmaculados. IR A LA PAGINA
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