Dolors Oller. Hace unos días muchos de nosotros respiramos aliviados al saber que el nuevo gobierno español presidido por Pedro Sánchez ofrecía al Aquarius, el barco para rescatar migrantes de las ONGs SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, atracar en el puerto de Valencia por razones humanitarias. Las imágenes de este tipo de “boat people” en versión europea, que vemos en los medios de comunicación, nos indignan y nos hacen evocar un pasado que pensábamos que no volvería nunca más. El caso del Aquarius y los reproches entre los socios de la Unión ha vuelto a poner sobre la mesa la crisis de los migrantes y refugiados, que pone en evidencia la cara menos humanitaria de las potencias europeas. De Lampedusa al Aquarius, la falta de operatividad de la Unión Europea (UE) ha sido total y ello se ha visibilizado en la incapacidad para reubicar a los 160.000 refugiados a que se comprometió en 2015 (sólo se ha hecho con 30.000; ninguno de los socios ha cumplido los objetivos y algunos de ellos incluso se han negado a aceptar refugiados). Estamos ante una Europa que en vez de acoger, se amuralla por todos lados, poniendo en peligro sus valores fundacionales. (más…)
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