David Brooks
corresponsal
Nueva York. El presidente Donald Trump amenazó este martes con cerrar las operaciones del gobierno si la legislatura no cierra la frontera con México.
Con ello, una vez más, la disputa política del país más poderoso del mundo gira -por órdenes del presidente- sobre el muro fronterizo y la persecución del sector más vulnerable, los inmigrantes.
“Me encantaría ver un cierre si no podemos resolver estas cosas”, afirmó, agregando que “si lo tenemos que cerrar porque los demócratas no quieren seguridad, entonces cerremos”, declaró Trump en una reunión con legisladores y oficiales de seguridad pública supuestamente enfocada sobre violencia de pandillas.
Mientras tanto, Trump utilizó -como todos esperaban- el accidente que resultó en la muerte de un jugador profesional de futbol americano de los Potrillos de Indianapolis y su chofer de Uber. Manuel Orrego Savala, el conductor ebrio que supuestamente atropelló al atleta Edwin Jackson, fue identificado como un inmigrante indocumentado de nacionalidad guatemalteca que ya había sido deportado dos veces anteriormente.
Trump tuiteó que es “una desgracia que una persona ilegalmente en nuestro país mató a ….. Jackson. Ésta es sólo una de tantas tragedias prevenibles. Tenemos que lograr que los demócratas sean firmes sobre la frontera y con la inmigración ilegal – RÁPIDO”. Otros legisladores se sumaron a este llamado
Por otro lado, el jefe del gabinete de Trump, el general retirado John Kelly, comentó en una reunión con legisladores que la propuesta del presidente para legalizar hasta 1.8 millones de dreamers, jóvenes indocumentados que llegaron al país como menores de edad, a cambio del muro fronterizo, la expulsión masiva de inmigrantes indocumentados y limitar dramáticamente la inmigración legal es una oferta sumamente “generosa”, y advirtió que es posible que si el Congreso no actúa antes del 5 de marzo cuando caduca el programa de protección de la deportación de los dreamers implementada por el gobierno de Barack Obama y anulada por Trump, la Casa Blanca probablemente no la extenderá.
La propuesta para limitar el flujo migratorio legal presentada por Trump en enero postergaría por 5 años la fecha en que se calcula que los estadunidenses blancos se convertirán en una minoría, ya que la reforma afectaría de manera desproporcionan a inmigrantes de América Latina y África, según un análisis del Washington Post. Según el censo nacional, las minorías superarán a los blancos no hispanos en este país en 2044.
Todo esto es parte de una negociación sobre la aprobación de otra extensión más del financiamiento del gobierno federal más allá de este jueves, cuando expira el acuerdo anterior que duró sólo 3 semanas, logrado sólo después de 3 días de clausura del operaciones del gobierno. Esta noche la cámara aprobó un proyecto de ley para mantener financiado al gobierno hasta el 23 de marzo, y el Senado hará una versión modificada, pero nadie se atreve a pronosticar si incluirá o no un acuerdo, aunque sea temporario, sobre el asunto de la migración.
Mientras tanto, la cada vez más asombrosa pugna política entre la cúpula de cada día procedió hoy con varios legisladores y políticos respondiendo al ataque frontal de Trump el lunes calificando de “traidores” a los demócratas que no le aplaudieron cuando él pensaba que estaba ofreciendo buenas noticias en su informe presidencial la semana pasada. La traición es el único delito definido explícitamente en la Constitución como hacer la guerra contra este país o apoyar a sus enemigos, algo que conlleva una pena de muerte.
“Ayer Trump sugirió que legisladores que no se ponen de pie y aplauden cada una de sus palabras son culpables de ‘traición’. El gran asunto político de hoy que enfrenta nuestro país no es demócratas contra republicanos. Se trata de democracia contra autoritarismo”, comentó vía tuit el senador y ex candidato presidencial demócrata Bernie Sanders.
La senadora demócrata Tammy Duckworth, veterana de la guerra de Irak, declaró que “yo hice un juramento a la Constitución, no para aplaudir para Trump cuando él lo exija”. Otros legisladores (aunque muy pocos republicanos), junto con comentaristas tanto liberales como conservadores denunciaron la acusación y algunos consideraron que era un síntoma más de la amenaza de Trump a la democracia en su propio país
Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales
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