Redacción Sin Fronteras
En medio de un intenso debate sobre el futuro del sistema migratorio y el fin de los estatus de protección para inmigrantes de países como Haití, Guatemala, El Salvador y otros países de Africa, el presidente Donald Trump se mostró irritado frente a las peticiones de quienes han sugerido restablecer los programas de protección a favor de ciudadanos de estos países.
“¿Por qué estamos recibiendo a todas estas personas de países que son agujeros de mierda en lugar de ciudadanos de naciones como Dinamarca?”, tronó Trump durante una mesa redonda celebrada en la Casa Blanca.
Según consignó hoy el diario The Washington Post, este exabrupto del presidente, que ha sido considerado fuera de lugar por su tinte racista, se produjo casi al mismo tiempo en el que un grupo bipartidista de senadores negociaba un acuerdo crucial para decidir el futuro de casi 700 mil jóvenes indocumentados conocidos como dreamers.
Según ha trascendido, este grupo de seis senadores demócratas y republicanos han alcanzado un principio de acuerdo para decidir el futuro de los dreamers e introducir cambios de fondo al sistema de reagrupación familiar y el programa de lotería de visas.
Según el Post, los comentarios del presidente Trump para referirse a inmigrantes de países como El Salvador, Haití o Africa han sorprendido al grupo de legisladores que participan en las negociaciones que podrían allanar la futura ruta de negociación para la reforma a fondo de un sistema migratorio que hace aguas por todos lados y afecta a más de 11 millones de personas que permanecen en las sombras.
Según la versión que ofrece The New York Times, la protesta de Trump se produjo cuando escuchó que, como parte del acuerdo alcanzado entre el grupo de seis senadores demócratas y republicanos, el senador demócrata, Dick Durbin, le informó que se había estudiado la posibilidad de poner fin al programa de lotería de visas y utilizar al mismo tiempo una cuota de 50 mil visados para proteger a inmigrantes de países como Haití, Guatemala o El Salvador.
“¿Que tienen que hacer aquí (en EU) la gente de Haití?. Deshagámonos de ellos”, comentó irritado Trump según una fuente citada por la cadena CNN.
Nada más trascender el contenido del término utilizado por el presidente para referirse a un determinado grupo de inmigrantes o refugiados de países de América Latina y Africa, organizaciones defensoras de la causa migrante lamentaron que, en cuestión de sólo unas horas, Donald Trump haya pasado “de ofrecer una iniciativa de amor” a insultar a inmigrantes de países como Haití o El Salvador a quienes se refirió como ciudadanos de “agujeros de mierda”.
“El lenguaje y el tono del presidente al referirse a los inmigrantes se vuelve aún más insultante e hiriente a medida que pasa el tiempo. Este tipo de lenguaje del presidente de los Estados Unidos es inaceptable y debe ser rechazado por demócratas y republicanos por igual”, aseguró Angélica Salas de la Coalición en Defensa de los Derechos de los Inmigrantes en California (CHIRLA).
A su vez, el demócrata de mayor rango en el comité de seguridad interna, Bennie Thompson, consideró que “en contraste con la autoproclamada ‘actuación’ del presidente Trump frente a las cámaras de televisión en la Casa Blanca el pasado martes, sus comentarios difamatorios y a puertas cerradas representan una ventana inquietante sobre el prejuicio racial que parece estar impulsando su agenda migratoria.”
Desde la Casa Blanca, el portavoz Raj Shad defendió al presidente y no negó directamente sus afirmaciones.
“Algunos políticos de Washington eligen pelear por países extranjeros, pero el presidente Trump siempre peleará por los estadounidenses”, indicó Shad.
Apenas la semana pasada el presidente Trump decidió poner fin al programa de protección que amparaba a casi 200 mil inmigrantes de El Salvador y se espera que en el curso de los próximos días decida la suerte de decenas de miles de inmigrantes de Honduras.
Los ciudadanos de El Salvador y Honduras se han beneficiado del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que proporciona alivio humanitario a extranjeros cuyos países se han visto golpeados por desastres naturales o conflictos.
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