La denuncia papal es fuerte y clara: hay personas hambrientas de dinero y bienes terrenales, que tienen “muchísimo”, frente a “niños hambrientos que no tienen medicinas, abandonados”. Es una “idolatría que mata”. Francisco lo afirmó en la Misa matutina de hoy, 23 de octubre de 2017, en la capilla de la Casa Santa Marta. EL Pontífice no pretende despreciar las riquezas; el problema es la “codicia”.
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