
La primera lectura del libro de Daniel nos recuerda que Israel como el mundo de aquel tiempo y lugar se encontraba en un proceso de helenización. La fuerza de la cultura griega invadía todo y se extendía con rapidez. Toda una nueva forma de entender la vida. Esto trajo una crisis profunda en todos los que vivían con pasión su fe. Con la llegada de Antíoco IV Epífanes, lo que en un primer momento no era más que una mayor promoción de la cultura griega, va a dar paso a una persecución abierta de los judíos que siguen fieles a su fe desde su cultura tradicional. A la irracionalidad de la intolerancia se suma la irracionalidad de la violencia. La «cultura superior» lleva consigo la prepotencia y termina por masacrar a personas sencillas, inocentes, que lo único que pretenden es vivir en paz (¿quiénes son los «bárbaros»?).
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