Jueves Santo: Pan de vida. Eran los días de la Pascua y después de tres años de vida pública, María, era muy consciente de los sentimientos encontrados que las palabras de Jesús, provocaban en unos y en otros.
Viernes Santo: Es el momento, de dejarse amar y de amar, aún con el alma rota en pedazos.
Vigilia Pascual: ¡Hágase! Mujer de pocas palabras y gran silencio sonoro. María, no dijo simplemente “sí”. Dijo ¡hágase!
Domingo de Resurrección: Hay luz de mañana nueva. Esta mañana es diferente, la luz es distinta, el corazón late con más alegría, María sabe que el plan de Dios está cumplido.
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