Jaume Flaquer
Hacerse sacerdote puede ser hoy más “contracultural” que manifestarse públicamente como homosexual. Así es como, en tono cómico, empieza la ópera prima de Edoardo Falcone. Después de haber trabajado como guionista con cierto reconocimiento en Italia, se estrena con esta película agradable de ver.
Los primeros minutos son trepidantes, de escenas cortas, con música dinámica que solo enmudece para dejar paso a los “gags”. Se nos describe con humor a un padre cardiólogo, déspota con las enfermeras, liberal y ateo que vive con orgullo que su hijo siga sus pasos en la universidad. El hijo manifiesta su interés de reunir a la familia para comunicarles algo muy importante. Ellos, que le han visto salir a menudo de noche con un amigo, intentan prepararse anímicamente para acoger lo que creen que les va a decir: que es gay. Y sin embargo les dice que quiere hacerse sacerdote. La foto fija de la cámara que retrata las caras de la familia, sirvienta incluida, es de lo más cómico de la película. El tráiler lo ha querido recoger. La noticia es mucho peor de lo que pensaban: ¡Quiere ser sacerdote! ··· Ver noticia ···
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