- Por: Redacción
Así lo expresó en el Te Deum de acción de gracias por el pasado año, en las Vísperas de la Solemnidad de María Madre de Dios.
El Papa Francisco volvió a alzar la voz por los jóvenes. Lo hizo en esta ocasión durante el tradicional Te Deum, en la misa de Vísperas de Santa María Madre de Dios: "Hablar de un año que termina es sentirnos invitados a pensar cómo estamos encarando el lugar que los jóvenes tienen en nuestra sociedad".
El Santo Padre invitó a mirar el pesebre para descubrir cómo nos interpelan los rostros de José y María: "Rostros jóvenes cargados de esperanzas e inquietudes, cargados de preguntas. Rostros jóvenes que miran hacia delante con la no fácil tarea de ayudar al Niño-Dios a crecer. No se puede hablar de futuro sin contemplar estos rostros jóvenes y asumir la responsabilidad que tenemos para con nuestros jóvenes; más que responsabilidad, la palabra justa es deuda, sí, la deuda que tenemos con ellos".
La cultura actual "idolatra la juventud queriéndola hacer eterna", al tiempo que deja al margen a los jóvenes, "obligándolos a emigrar o a mendigar por empleos que no existen o no les permiten proyectarse en un mañana", lamentó Francisco. Por ello, invitó a evitar la actitud del posadero de Belén, que les dice a José y María que no había lugar para alojarse: "Se nos pide asumir el compromiso que cada uno tiene, por poco que parezca, de ayudar a nuestros jóvenes a recuperar, aquí en su tierra, en su patria, horizontes concretos de un futuro a construir".
El Obispo de Roma concluyó: "Mirar el pesebre nos desafía a ayudar a nuestros jóvenes para que no se dejen desilusionar frente a nuestras inmadureces y estimularlos a que sean capaces de soñar y de luchar por sus sueños. Capaces de crecer y volverse padres de nuestro pueblo".
HOMILÍA COMPLETA TE DEUM (31/12/2016)
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