El pasado domingo todos quedamos impactados con el documental ASTRAL que nos puso ante el drama de todos los que se juegan la vida intentando cruzar el infierno en el que se ha convertido para ellos el Mediterráneo. Un velero de lujo convertido en barco de rescate para acompañar a los miembros de la ONG española Preactiva Open Arms, que lleva más de un año salvando vidas en alta mar.
Nadie pudo quedar insensible ante la realidad de tantos migrantes y refugiados que se juegan la vida en el Mediterráneo. Y nos surgieron muchas preguntas: ¿ Dónde está Europa ? ¿ Dónde están los dirigentes y gobiernos de la Unión Europea ?
Queremos destacar lo sucedido en este Mar Mediterráneo, hace unos días. El pasado 5 de Octubre, en solo 48 horas, los barcos de rescate lograron salvar en el Mediterráneo a 10.655 migrantes que habían partido de Libia para intentar llegar a Italia huyendo de la guerra y el hambre. Otras 50 personas fallecieron, algunas de ellas asfixiadas en el interior de una barcaza fletada por los traficantes, ansiosos por hacer caja antes de que termine el buen tiempo.
Es la tragedia repetida, el éxodo continuo. Prácticamente todos los días, la Guardia Costera italiana da cuenta de las operaciones de rescate en el Mediterráneo, de las vidas que se salvan, de las que se pierden, de las mujeres que dan a luz en las patrulleras tras atravesar África embarazadas… Son los partes de una guerra, la de la supervivencia, que solo se hace visible a raíz de las grandes tragedias, como la que se produjo – hace ahora tres años justos- frente a la isla de Lampedusa.
Vienen de Guinea, de Nigeria, de Eritrea, de Sudán, de Costa de Marfil… Los que sobreviven al camino y a los traficantes aún tienen que superar el mar y la indiferencia.
Ahora con la guerra de ALEPO, se habla de una nueva marea de miles de refugiados.
¿Qué pasaría si, cualquier día de estos, los barcos de rescate – muchos de ellos pertenecientes a organizaciones humanitarias, como Preactiva o Médico sin Fronteras –no se hicieran a la mar o no llegasen a tiempo?.
En el CIRCULO DE SILENCIO de esta tarde, queremos poner en valor y agradecer el gran trabajo llevado a cabo por todas estas organizaciones humanitarias que están como ángeles de la guarda en el Mediterráneo, mientras los gobiernos y autoridades de Europa, incluida España, se lavan las manos.
La excepción la está marcando las autoridades italianas que con la Guardia Costera Italiana o la Marina militar siguen intentando evitar los naufragios y están denunciando la pasividad del resto de la Unión Europea. No solo salva a los migrantes de morir ahogados en el Mediterráneo a razón de 150.000 por año, sino que también los acoge de forma efectiva y silenciosa, por todo su territorio. Italia está siendo un ejemplo de solidaridad. Sobre todo en comparación con países que, como España, aún no han aceptado ningún corredor humanitario ni acogido al número de refugiados al que se habían comprometido, o a aquellos otros, como Hungría y Polonia, que “ después de haber recibido tantos beneficios de Europa, ahora cierran las puertas”.
Para nosotros, es tiempo de reflexión y de acción. Tiempo de dejarnos interpelar y de preguntarnos qué podríamos hacer entre todos. Es tiempo de denunciar la gran indiferencia de la Unión Europea y también de España.
Tiempo para denunciar a las mafias criminales que trafican sin escrúpulos con las personas. Es tiempo para expresar nuestra solidaridad. Finalmente, también es tiempo para rezar y elevar una oración a Dios por tantos miles de migrantes y refugiados, tantos miles de familias, que huyen del infierno y del sufrimiento.
Amigos, en estos días, hace ya un año que venimos celebrando los Círculos de Silencio en Cádiz. Es tiempo de seguir y continuar dando este pequeño testimonio de solidaridad con los migrantes y refugiados.
Comienza nuestro tiempo de silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario