Rebelión
Haider al Abadi, el primer ministro iraquí, fue el día 26 de junio a Faluja: quería izar la bandera iraquí en la ciudad mártir. Faluja, a sesenta kilómetros de Bagdad, ha visto, desde la invasión norteamericana de 2003, cómo la muerte se adueñaba de sus calles. En 2004, las tropas norteamericanas bombardearon con fósforo blanco la ciudad, pese a las convenciones internacionales, sin temor a la comisión de crímenes de guerra. Eran los años en que, tras el inicio de la guerra, la partición práctica del país entre territorios kurdos, sunnitas y chiítas (cuando, antes, la población vivía mezclada sin problema), y el derrocamiento de Sadam Hussein, instauraron el caos, el pillaje, los asesinatos cotidianos, y, también, la insurgencia de grupos iraquíes que luchaban contra la ocupación militar norteamericana. ··· Ver noticia ···
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